Su nombre es casi desconocido para la mayoría de los 30 millones de votantes que eligieron a Andrés Manuel López Obrador, pero Gabriel García es uno de los operadores más importantes en la constelación de Morena. Se trata de un hombre de la máxima confianza del tabasqueño, que suele operar los trabajos "sucios" -candidaturas, recursos y estructura- en su proyecto.

LPO reveló que en una primera instancia, luego de definir a los postulantes de todo el país -un trabajo que realizó junto a Mauricio Hernández, el monje negro de AMLO se colocó en el puesto 14 de la lista nacional de pluris, un lugar que en principio no le garantizaba su ingreso.

Claro, muchos de los pluris que lo antecedían tenían además una candidatura de mayoría, como Blanca Piña que fue la primera en la fórmula de Michoacán, Aníbal Ostoa de Campeche, Nestora Salgado en Guerrero o Imelda Castro, de Sinaloa. Todos con ingresos casi asegurados por votación. Así, la lista se iría corriendo y García ingresaría cómodo.

Pero Andrés Manuel tenía un trabajo más importante para García, que en las próximas semanas confirmaría su baja en la Cámara Alta. Ya fue designado como coordinador general de los delegados estatales, esa representación que muchos leyeron como candidaturas anticipadas para ampliar el poderío de Morena en todo el país.

Hay que recordar que estos delegados tendrán a su cargo a representantes distritales, quienes a su vez contarán con brigadas que irán por las colonias, pueblos y barrios para censar y repartir los dos principales programas sociales de este sexenio: adultos mayores y becas para jóvenes.

"El rol de coordinador a todos los delegados convierte a Gabriel en una suerte de vicepresidente en las sombras, el verdadero poder político detrás de López Obrador", resumió un militante moreno.

García es un hombre de máxima confianza de López Obrador, en una relación que lleva muchos años. En el sexenio de AMLO en DF, fue director de Adquisiciones en la Oficialía Mayor, un área que concentró la compras de toda la administración pública, estrategia que tomó el tabasqueño para evitar desvíos desde las Secretarías.La oposición siempre lo apuntó como el verdadero gestor de los recursos económicos de campaña de López Obrador. Incluso se lo quiso atacar por su trabajo en la Fundación Honestidad Valiente, señalamientos que nunca se pudieron probar. Como sea, es evidente que se trata de un hombre importante en la constelación política de AMLO.