José Antonio Meade regresará el lunes tras casi un mes de descanso. El ex candidato presidencial del PRI tiene planes de armar su propia firma consultora para temas económicos, emprendimiento que lo estarÃa motivando más que una eventual nominación al Banxico por parte de Morena.
Tras años de ocupar las principales posiciones de la administración pública, el ex secretario de Hacienda prefiere mantener distancia de las luces de los reflectores y enfocarse en su propio negocio, que ya se anticipa, tendrÃa un corte muy similar al de la firma de Pedro Aspe, que tenÃa como principal negocio la asesorÃa de en materia de deuda a gobiernos y municipios. Allà se conocieron Luis Videgaray y Enrique Peña Nieto.
En las últimas semanas Meade se refugió en el silencio y solo atendió llamados de aquellos a quienes buscaba agradecerles por su trabajo en la campaña. No emitió crÃticas de peso ni buscó culpables. Una actitud, debe decirse, diametralmente opuesta a la de su padre Dionisio.
Conversó con algunos empresarios de alto nivel y los sorprendió con elogios respecto a Carlos Urzúa y Gerardo Esquivel, a quienes reconoce como técnicos bien preparados para la futura SHCP.
Meade tiene dos figuras directamente identificadas con su persona en la próxima conformación legislativa: Fernando Galindo (ex subsecretario de Egresos) en San Lázaro y Vanessa Rubio en el Senado.
Y tiene además una carta que podrÃa proponer a Banxico si se confirmara la buena sintonÃa con Morena: Miguel Messmacher, discÃpulo de AgustÃn Carstens y que tiene la ambición intacta de reemplazar a Aejandro DÃaz de León.
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