Si bien la PGR ya abrió una investigación por el accidente de Aeroméxico ayer martes en Durango,  el expediente será controlado desde la Secretaría de Comunicaciones y Transportes a cargo de Gerardo Ruiz Esparza. Así lo confirman fuentes de la aerolínea, donde temen que el Gobierno utilice esta situación como mecanismo de presión.

Y es que Ruiz Esparza arrastra una serie de tensiones con el CEO Andrés Conesa, especialmente desde que SCT le otorgó el vuelo CDMX-Barcelona a Emirates, decisión que es fuertemente cuestionada por Aeroméxico por entender que la línea  representa una competencia desleal dado que está financiada por el pequeño estado petrolero de Medio Oriente.

En Los Pinos, debe decirse, existe además algún malestar con Eduardo Tricio, accionista de la empresa y dueño de Grupo Lala. Tricio tuvo algunas actitudes durante la campaña de José Antonio Meade que no cayeron nada bien, especialmente cuando dijo que suspendía su planta lechera de Tamaulipas por la inseguridad.

 Semanas atrás el periodista Raymundo Riva Palacio reveló que  Emirates había replicado ante las autoridades mexicanas que sus estados financieros son auditados por PricewaterhouseCoopers, que se ajustan a los estándares internacionales, que pueden consultarse en línea, y que desmantelan el argumento de que la financia el gobierno emiratí.

Aeroméxico interpuso un amparo en la justicia en lo contencioso que por el momento no ha sido aceptado. En la empresa creen que detrás de esa dilación está Ruiz Esparza, que ahora puede investigar a la compañía.