La relación de respeto y admiración lleva años, pero también las dudas para trabajar en conjunto. LPO anticipó hace más de un año las primeras reuniones privadas para convencer al Padre Solalinde de que se sume a Morena, en un rol de "líder moral". El cura no estaba del todo convencido.

El sacerdote y activista por los derechos humanos de los migrantes reconocía que había reuniones para "para apoyarlos moralmente", pero se negaba a dar un apoyo explícito de campaña. "Les hago llegar los reclamos de la gente, porque sí coincidimos en algunos análisis", explicaba a este medio.

La principal barrera para sumarse abiertamente a Morena eran los aliados que López Obrador empezaba a sumar en sus equipos. "No ha escogido bien, no ha hecho una suficiente consulta para que apartir de un proceso inductivo de la ciudadanía pueda elegir gente honesta. En esa dinámica no ha logrado sacudirse del todo el sistema político mexicano -priísta-". Y agregaba: "Metió políticos viejos, mañosos y reciclados".

Pero los tiempos cambiaros y ahora el Padre Solalinde se reúne casi semanalmente con los equipos de Olga Sánchez Cordero, para tratar específicamente los temas de defensa de los derechos humanos y de migración. "No puede asumir un cargo, pero será una especie de "ombudsman moral".

"La idea es que sea un garante, una voz autorizada para recibir, acercar y escuchar a diferentes grupos sociales de todo el país que no estén siendo escuchados por los gobiernos locales o federal", explicaron desde los equipos de la próxima titular de Segob.