Noches atrás en un encuentro en la CDMX Fernando Canales comenzó a hablar de la posibilidad de buscar controlar la dirigencia   panista de Nuevo León. Sorprendió a quienes lo escuchaban porque hasta hace algunas semanas venía diciendo que esa posición no le era de interés. Pero algo habría cambiado. Canales está jugando en la ecuación nacional del panismo con una figura como Carlos Medina Plascencia y en esa táctica se incluye la centralidad en su propio estado.

LPO ya explicó que Canales terminó bien ubicado con los resultados de la elección en Nuevo León donde sus aliados ganaron en Monterrey y Guadalupe e incluso ganó por fuera del panismo, con el triunfo independiente de San Pedro Garza García. Antes de fin de año se debe decidir el futuro de la dirigencia albiazul en el Estado. 

El movimiento implica desplazar a Raúl Gracia del control estatal bajo el argumento de que el Partido en Nuevo León debe recuperar cierto purismo ideológico. Suscriben esta línea otros panistas de cierto abolengo como Tere García Madero, Mauricio Sada o Alejandro Paez. 

A Gracia se le busca achacar la derrota del partido en San Pedro, en Apodaca y también en la contienda por el Senado, donde sobrevuela la idea de que el actual senador operó en favor de Movimiento Ciudadano. Canales, por su parte, tiene fuerte predicamento entre la IP local y se ofrece como un nexo entre ese sector y la operación política del panismo estatal.

El futuro de su estrategia depende en gran medida de si Medina Plascencia o Juan Carlos Romero Hicks terminan en posiciones de poder en el PAN nacional. También le sería funcional un triunfo de Roberto Gil Zuarth, que se referencia con los Calderón a quienes Canales siempre ha apoyado.