Mañana martes Felipe Enríquez estará en Monterrey para confrontar la decisión del Tribunal Electoral del Estado de asignarle dos diputaciones locales adicionales al PRI, curules que hasta el pasado viernes estaban en manos de Morena. El problema es que según el secretario de Acción Electoral del CEN tricolor, la banca que se le asignó a Lorena De la Garza (cercana a Francisco Cienfuegos) en realidad correspondería a Melissa Sánchez, que es allegada a Enríquez y a Héctor Gutiérrez de la Garza, secretario de Organización del PRI.

El conflicto escala. En las últimas horas Enríquez declaró a la prensa que Cienfuegos no será coordinación de la bancada tricolor en la próxima legislatura. El alcalde de Guadalupe, en tanto, se reunió con Pedro Pablo Treviño y Jorge Mendoza a fin de buscar el respaldo en este contencioso. El ex candidato al Senado ha dicho a su entorno que prefiere la distancia ante el debate por los curules estatales.

Enríquez arrastra una histórica rivalidad con todo el entorno del ex gobernador Rodrigo Medina por la elección en la cual disputó la alcaldía de Monterrey frente a Margarita Arellanes. La especulación de ese entonces era que el Ejecutivo estatal había movido sus fichas en favor de Arellanes. 

El secretario de Acción Electoral tricolor fue reconfirmado la semana pasada para prolongarse en su cargo cuando el Tribunal Electoral de la Federación consignó que el PRI tuvo un 90% de representación en las casillas, superior al 80% de Morena. Esa capacidad de jugar con la estructura del partido le juega a favor frente a Claudia Ruiz Massieu y Rubén Moreira.

Cienfuegos busca asegurar la coordinación en el Congreso para lo cual ahora tiene dos nuevos aliados en las figuras de De la Garza y Álvaro Ibarra.