Desde hace un mes que diversos grupos de diputados federales electos por Morena ya sueltan en conversaciones informales la inquietud de cómo harán para costear su actividad legislativa y las deudas que afrontaron para sus campañas en sus respectivas entidades. LPO reveló que primero buscaron al equipo de Alfonso Romo con la meta de que la austeridad legislativa se aplazara un año. Esto no fue posible.

Ahora en un nuevo giro, quieren reunirse con Mario Delgado, que tiene altísimas chances de coordinar la bancada en San Lázaro para pedir que por lo menos los vuelos que deberán afrontar todas las semanas para concurrir a las sesiones salgan de los fondos oficiales de Morena.

La metamorfosis de algunos de los futuros legisladores es notable. Dos semanas después de la elección, algunos eran acérrimos defensores de la austeridad y el ahorro, alegaban que con ganar 70 mil pesos mensuales podían vivir bien pero todo cambió. "Hicieron cuentas de los pasajes aéreos, las noches de alojamiento y el costo de las cosas en la Ciudad de México y entendieron que casi no llegarán a fin de mes", cuenta a LPO un diputado electo que, para su fortuna, no tiene necesidad del sueldo legislativo.

La austeridad incluye reducir viajes y sus respectivos fondos de viáticos al mínimo, así como cancelar las partidas para los llamados moches del ramo 23, gastos médicos, de separación individualizada, compra de autos, vales de gasolina, telefonía celular, comidas y la contratación despachos y oficinas.