A medida que pasan los dÃas diversos núcleos de poder comienzan a manifestar su inquietud por el acuerdo comercial alcanzado con EU el pasado lunes. A los metalúrgicos y las armadoras, ahora se suma el sector sindical, concretamente la CTM, donde manifestaron su malestar al más alto nivel de Gobierno saliente.
Carlos Aceves del Olmo, lÃder de la CTM, entiende, y asà lo ha transmitido,que se aprovechó el acuerdo para darle un envión a la reforma laboral que impulsa Enrique Peña Nieto, que está aprobada pero no tiene la reglamentación pertinente de parte del Senado. La reforma establece que haya libertad de asociación sindical, un formato que le permitirÃa a los trabajadores elegir en qué gremio están afiliados.
La reforma de Peña Nieto viene en stand-by desde antes de las elecciones, dado que se postergó su tratamiento para eludir conflictos con sindicatos del PRI que eran necesarios para la campaña. Ahora, tras el fiasco electoral, el Gobierno suscribe acuerdos en Washington DC donde se establece la democratización gremial.
El acuerdo se da mientras los lÃderes gremiales se mueven para retener su poder. Romero Deschamps busca seguir manejando los destinos del gremio de Pemex y Raúl Flores se reeligió el pasado fin de semana al frente de los ferrocarrileros. Ambos son satélites del PRI.
El pedido de apertura sindical en México viene desde los grandes gremios de EU, donde entienden que por falta de libertad sindical es que los salarios mexicanos son tan bajos, y por tanto competitivos. Asumen que si hubiera más sindicatos negociando con patrones, las condiciones serÃa distintas.
La reforma de Peña Nieto establece abrir un registro de sindicatos para que haya más de uno por actividad y de ese modo se pone fin a los contratos colectivos. Los sindicalistas históricos del PRI alegan que esta norma generará inestabilidad sindical y que está pensada para favorecer al poder económico.
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