Ricardo Monreal y el resto de los coordinadores de bancada se fueron a instalar la Junta de Coordinación Política, y dejaron al pleno trabajando en los diferentes temas de la orden del día. En ese momento, Martí Batres aprovechó para meter una cuña contra su rival histórico, con quien compitió por la candidatura a la Jefatura de Gobierno que finalmente quedó en manos de Claudia Sheinbaum. Un error que, en rigor, enojó al mismísmo Andrés Manuel López Obrador.

El titular de la Mesa Directiva del Senado puso en tratamiento el tema de la licencia de Manuel Velasco, sabiendo que por esas horas todavía se negociaba el pase de cinco diputados del Verde a Morena en San Lázaro, una jugada clave para controlar la Jucopo de la Cámara Baja y empezar a cerrar una eventual mayoría calificada para las reformas constitucionales que se vienen. 

Batres dejó correr el tema -luego lo justificaría en que estaba en la orden del día-, cuando la mayoría de los senadores no habían sido informados del acuerdo. "Quería exponer a Ricardo frente a Andrés Manuel, sin saber que el acuerdo venía de mucho más arriba", explicó a LPO un senador del Verde.

Al someterlo a votación en ausencia de los coordinadores, el pedido de licencia se trabó, y así también peligró el acuerdo más amplio. Al regresar los coordinadores de la Jucopo, y ya con un entendimiento cerrado, se volvió a poner el tema a votación, generando así una polémica mediática que podría haberse evitado.

"El problema de Martí es que está cegado por su enojo con Monreal, y no entiendo que hay intereses y objetivos más profundos. Él se sigue moviendo en política como si estuviera en Ciudad Universitaria", se quejaban esta mañana en Morena.

Hay que recordar que los lazos de camaradería entre López Obrador y Velasco vienen de muchos años atrás, e incluso el gobernador de Chiapas fue un operador clave para la victoria de Rutilio Escandón en esas tierras.