Olegario Vázquez Aldir prepara el terreno para solicitarle a Alfonso Romo, futuro jefe de la oficina presidencial, que en el próximo Gobierno la banca mexicana sea sometida a pruebas de estrés cada dos años y no de modo anual. Esta última modalidad quedaría para los grupos extranjeros. El Grupo Ángeles, de Vázquez Aldir, es propietario del banco Multiva. 

Actualmente las pruebas de estrés que ejecuta el Banco de México implican una serie de requerimientos a los bancos que se traducen en un mayor grado de regulación y en la obligación de tener recursos suficientes para cumplir con las obligaciones asumidas.

Vázquez Aldir, hijo de Olegario Vázquez Raña, ha tenido una estrecha relación con el sexenio que se termina y viene de tener un roce con los grandes empresarios cuando desde sus noticieros se cuestionó el video del Consejo Mexicano de Negocios que elogiaba a Andrés Manuel López Obrador tras la elección.

El desafío para alterar este sistema es que el Banxico ha suscrito acuerdos internacionales con el FMI que obligan a que las pruebas sean todos los años. Es una herencia de la debacle del 2008 en EU, generada por la crisis de las hipotecas subprime. En ese vendaval la entidad multilateral quedó excesivamente expuesta y de ahí la rigidez que persiste hasta hoy.

Desde el inicio de estos controles se identificaron dos componentes que hacen diferente al sistema bancario mexicano. Uno, el nivel de capitalización bastante más alto que el de la mayoría de los países. Y en segundo lugar, la calidad del capital es mucho mejor al de otras naciones gracias a los controles existentes.

Justamente el ánimo en Banxico con Alejandro Díaz de León pareciera ser diametralmente opuesto a relajar los controles. Ahora la entidad quiere verificar las políticas de seguridad cibernética de los bancos para que estos demuestren solvencia ante posibles ciberataques.