Luego de las primeras resoluciones sobre el desplome de un avión de Aeroméxico en Durango, la aerolínea optó por una serie de modificaciones desencadenó de nuevo el disgusto de los pilotos sindicalizados y amenazan con una huelga para el 1 de octubre.

La aerolínea que dirige Andrés Conesa anunció nuevas reglas para tripulantes junto con el despido de los tres pilotos que estaban a cargo del vuelo del Embraer 190 que se desplomó a finales de julio, pocos minutos después de su despegue, y que si bien se atribuyó a causas climáticas, también se confirmó que la presencia de un piloto en entrenamiento no fue notificada, como norma la empresa.

Los conflictos entre los pilotos de la Asociación Sindical de Pilotos Aviadores (ASPA) y la dirección de Aeroméxico ya es de años y esperaban que con este incidente pudieran presionar la salida de Conesa, no obstante, el impacto en el mercado fue ligero, con una caída en sus acciones bursátiles que pronto se recuperó.

Lejos de eso, la empresa respondió con una serie de modificaciones, mismas que el sindicato acusa de significar violaciones al contrato de trabajo, pues se determinaron nuevas reglas para la tripulación, que incluye la eliminación de algunas prestaciones.

"Aeroméxico decidió unilateralmente suspender la prestación de Tripulante Viajando en Cabina (TVC), entre otras violaciones al contrato colectivo, afectando una cláusula necesaria para alrededor de 2,400 pilotos", dijo ASPA, en un comunicado.

Se trata de una prestación que es utilizada por pilotos para trasladarse de su lugar de residencia a su base de trabajo y es empleada en la mayoría de las aerolíneas del mundo, destacó el comunicado.