Son días movidos en el Congreso. Ambas cámaras empiezan a definir la composición de las comisiones, en medio de una austeridad que por momentos provoca bromas entre los legisladores. Oficinas todavía vacías, pasillos sin los tradicionales asesores corriendo de un lado para otro. El trabajo empieza a amontonarse.

En medio de esa vorágine, Ricardo Monreal decidió en los últimos días delegar la negociación para la integración de las comisiones en dos de sus senadores: Higinio Martinez y Susana Harp. Descarga así las tediosas pláticas en dos de los suyas, a quienes les abre el juego.

El cacique de Edomex es un hombre experimentado, acaso el cerebro político detrás de Delfina Gómez. No está mal tender puentes hacia esos terruños. Susana Harp no tiene esa experiencia, pero sí una relación familiar con Alfredo -el ex dueño de Banamex-, ademas de representar un jugoso prospecto para la candidatura a la gubernatura de Oaxaca.

LPO adelantó algunos de los pedidos que ya hicieron los jefes del PRI, PAN y PRD en el Senado, destacando la ambición de Mancera para controlar el Instituto Belisario Domínguez, espacio que tradicionalmente se reservaba para la tercera bancada.

En los últimos días, una interesante guerra fría se desató por la comisión de Derechos Humanos, que por el carácter de AMLO tendría cierto peso mediático en los próximos años. La postulante para presidir esa comisión desde Morena es nada menos que Nestora Salgado, que recibió dardos venenosos del PAN y PRI en plena campaña presidencial.

Pero otro actor se sumó a la pelea. Es Emilio Álvarez Icaza, que esta semana irrumpió en una reunión de la Junta de Coordinación Política para pedir que le den la palabra. Hay que recordar que Álvarez Icaza llegó al Senado por el Frente, pero apenas tomó posesión de su cargo se declaró independiente. Sin bancada, la vida legislativa es más dura.

En la reunión de la Jucopo, Álvarez Icaza desarrolló una breve presentación de su larga trayectoria como defensor de los derechos humanos, y recordó que es el único senador mexicano que tiene una experiencia internacional en la materia. Lo escuchaban los jefes de la bancada un poco sorprendidos. "Tampoco es una comisión tan importante para que hiciera semejante alarde", explicó irónico uno de los senadores que presenció la escena.