Parece que ya hay una estrategia de comunicación que se irá adaptando a las necesidades polÃticas: Andrés Manuel López Obrador utilizará su enormes positivos para enviar mensajes desde sus clásicos mitines, en donde nunca falta una pequeño multitud que lo acompaña. Esta vez fue en una plaza de Tepic, en donde arrancó su gira de agradecimiento por los votos que obtuvo en la elección. Y su primer destinatario fue Alejandro DÃaz de León.
Lo primero que revela este acto es que López Obrador buscará instalar la idea de que recibe un gobierno en bancarrota, y que eso le dificultará el cumplimiento de el extenso listado de promesas que hizo durante campaña. "El paÃs lleva 30 años en bancarrota, lo que pasa es que la noticia ha pasado de noche. Pero imagÃnense como está el sector energético. Ojalá se hiciera un balance, porque estamos produciendo petróleo como hace 40 años. En pobreza hay muchos más pobres ahora que antes, en inseguridad peor aún: 80 homicidios diarios", justificó.
Y habló sin rodeos: "Posiblemente por la situación de bancarrota, no podamos cumplir todo lo que se está demandando pero sà vamos a cumplir -que quede claro- con todo lo que ofrecimientos en campaña. Está bien que yo sea pueda ser moderado y que no quiera estar echando la culpa. Vamos a asumir la responsabilidad. No me estoy quejando".
En el equipo del presidente electo tienen claro que hay que empezar a moderar las altÃsimas expectativas que se generaron durante la campaña, porque podrÃan volverse en contra de la imagen del tabasqueño. Algo de eso empezó a verse en el foro por la paz que encabezó en Tlatelolco, en donde los familiares de las vÃctimas ya le hicieron reclamos, aunque todavÃa no asumió en su cargo.
Esta vez, López Obrador apuntó de frente contra Alejandro DÃaz de León, el titular del Banco de México. "Vamos a invertir y a gastar, sólo lo que ingrese a la hacienda pública, no vamos a caer en lo que se llama, técnicamente, déficit. No vamos nosotros a actuar de manera de manera irresponsable, endeudado a México", dijo antes de lanzar el misilazo.
Y concluyó: "Hicimos el compromiso y lo vamos a cumplir, de que vamos a respetar la autonomÃa del Banco de México, para que haya equilibrios macroeconómicos, que no haya inflación, y que si se dan esos fenómenos no es por culpa del Presidente de la República, sino por circunstancias externas o por mal manejo de la polÃtica financiera que haga Banxico, no el gobierno".
AMLO recibió a DÃaz de León y le pidió que revise sus perspectivas de crecimiento
El cruce entre López Obrador y el Banco de México tiene un antecedente muy directo: ocurre apenas unos dÃas después del encuentro en donde el Presidente le pidió que revisara las proyecciones para la economÃa, puesto el organismo habÃa sido muy escéptico del rumbo que propone el tabasqueño.
En cuanto a crecimiento económico, el futuro residente de Palacio Nacional ha dicho que el paÃs podrÃa crecer a niveles de 4% y empuja un alza al salario mÃnimo. Ambos son revisados con preocupación desde el banco central, en donde para 2019 creen que la economÃa no crecerá arriba del 3% y mejores salarios presionarán más a la inflación que advierten, no regresará a su objetivo histórico de 3% hasta 2020.
En Morena por supuesto entienden que la postura de Alejandro DÃaz de León es esperable: una de las primeras áreas colonizadas por los tecnócratas del ITAM fue justamente el Banco de México. Es la casa de los golden-boys de AgustÃn Carstens, José Antonio Meade y Luis Videgaray.
Las tensiones entre Hacienda y Banco de México incluso se instalaron en la administración de Peña Nieto, cuando Carstens empezó a subir la tasa de interés de forma regular ante la incertidumbre que presionaba sobre el peso mexicano, muchas veces incluso adelantándose a las decisiones de la FED. Esa estrategia fue cuestionada en más de una oportunidad por Meade.
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