Aún hay más interrogantes que certezas sobre la política que asumirá el próximo Gobierno en cuanto a salud pública, pero algunas propuestas ya están llamando la atención de los especialistas, como es el caso de la posible desaparición del Seguro Popular. De fondo, está la idea de una cobertura universal que unifique los servicios del Seguro Popular, IMSS, ISSSTE, además brindar atención al resto de los mexicanos que son derechohabientes. 

El primer interrogante es obvio: ¿Qué fuentes de financiamiento tendrá la administración de AMLO para lograrlo? ¿Será acaso una ventana de oportunidad para las aseguradoras privadas? ¿Concentrar las compras de todos los organismos de atención garantizará un ahorro suficiente para brindar protección a todos los marginados del sistema de salud?

El Seguro Popular recibe igual críticas que respaldo. Fue instaurado durante el gobierno de Vicente Fox, como una alternativa para aquellos que no cuentan con IMSS, pero limitándose a un número específico de padecimientos para atender. En 2017, contó con un presupuesto de 69 mil millones de pesos para millones de afiliados. Una suma significativa que es completada por los aportes de las familias que se inscriben: sus cuotas varían dependiendo de sus ingresos.

Desde su campaña, López Obrador se ha mostrado como retractor de este proyecto. "Se va a terminar esa demagogia llamada Seguro Popular, que ni es seguro ni es popular porque no hay medicinas en los centros de salud ni en los hospitales" repetía. 

El planteo de López Obrador es crear una política de servicios de salud y medicamentos gratuitos en cuyo marco seguirían interactuando los Sistemas Estatales de Salud, sólo que las partidas presupuestales se entregarán en especie o estrictamente etiquetadas mediante convenios previos, para evitar desvíos o fraudes. Concentrar todas las compras, lógica que aplica en todas las secretarías. El hombre poderoso será Carlos Urzúa, reeditando así su rol en la Secretaría de Finanzas en su gestión en la Ciudad de México.

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Berenice Ramírez, del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, consideró que los mexicanos "tenemos un grave problema de cobertura en salud, a pesar del Seguro Popular". Expuso que 20 millones de compatriotas siguen sin tener acceso a este servicio. En ese aspecto para haber una diagnóstico atinado de López Obrador.

La investigadora expresó en diálogo con LPO que el Seguro Popular es muy endeble, porque a pesar de tener mucho financiamiento, genera pocos resultados. "Tiene un reducido número de enfermedades que atienden y por su manera de administrar resulta un sistema caro, no funciona como un pilar de medicina preventiva, se limita a lo curativo. Eso lo encarece", señaló.

El asunto es que el equipo económico de AMLO tampoco ha ofrecido suficientes certezas sobre la fuente de recursos que tendrán para desarrollar un sistema de salud universal, situación que parece repetirse con los programas sociales y obras de infraestructura que plantean. Esos cálculos mantienen ocupado a Carlos Urzúa.

Los expertos advierten que será muy complicado lograr todas las metas. "Algo se tendrá que sacrificar, algo se va a tener que quedar fuera, porque con los números actuales, no se ve cómo", señala Yudith Méndez, del  Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP).

En ese sentido parece haberse expresado hoy el propio AMLO, quien aseguró que recibirá un gobierno en bancarrota y que no se podrán solucionar todos los temas en su sexenio. "Sí vamos a cumplir con nuestras promesas de campaña, eso que quede claro", dijo este domingo en Tepic.

En opinión de Méndez, no sería posible ver la participación de la iniciativa privada en una reestructuración del sistema de salud. "Siempre hay interés de los privados por participar, intención y mecanismos para hacerlos de parte de algunas industrias". El problema, según señala, es precisamente la escasez de recursos para poder entrar.

Por ejemplo, Méndez recordó que se han propuesto esquemas por resultados, como funciona en otros países. Se trata de que los privados den el medicamento mientras el Gobierno hace los diagnósticos. "Pero aquí el Gobierno tiene que invertir en capacitar a sus médicos, en los equipos y en tener la capacidad realmente de hacer diagnósticos correctos", señaló a LPO la experta del CIEP. "Y eso requiere de más presupuesto, que ya vemos bastante limitado". 

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Para la experta, sí es una preocupación la eliminación del Seguro Popular. "Si se optara por un servicio universal, como pretende el próximo Gobierno, eso generaría de inicio, mayor presión al presupuesto de Salud. En su opinión, más que nuevamente hablar del sistema universal de salud, primero "se debe discutir cuál tendría que ser la transición a este sistema universal".

Por su parte, Berenice Ramírez consideró que para pensar en un cambio integral del sistema de salud se necesita antes "una reforma hacendaria, sobre todo con mayores impuestos a la renta que permitan redistribución para poderle dar mayor certidumbre a la población mexicana".