El fin de semana se conoció la primera señal de que la historia de tensiones entre el Gobierno y Banxico volverá a repetirse desde el mes de diciembre, cuando Andrés Manuel López Obrador ya despache en Palacio Nacional. Luis Videgaray tuvo una serie de episodios de alto voltaje con AgustÃn Carstens, en el sexenio anterior Felipe Calderón no paró hasta que removió de la jefatura a Guillermo OrtÃz y Vicente Fox tenÃa una relación casi enfermiza con la entidad.
Todos estos juegos de poder nunca tuvieron mayores efectos porque se dieron en Gobiernos alineados con los preceptos del mercado y encolumnados en un esquema liberal muy definido. Eran pelea de tecnócratas. Pero ya en diciembre será diferente: si el gobierno de Morena elevara su retórica contra Banxico pondrÃa dudas en un tema que estuvo presente en toda la campaña y que afloró en el festejo moreno del 1de julio: la independencia de Banxico, tema que tiene una matiz de inquietud en el mundo financiero porque además Morena controla el Senado, que es donde se cubren las vacantes que se van sucediendo por el paso del tiempo.
La primera chance de Morena es en diciembre con la salida de Manuel Ramos Francia, un liberal de gran ortodoxia cuyo mandato ya se termina. Crece en el circuito primario de AMLO la idea de que es preciso ubicar un subgobernador de confianza. Los banqueros quisieran que esa posición sea seleccionada por el staff de Alfonso Romo. En los próximos habrá un pedido muy concreto en ese sentido.
Romo se enfrenta de este modo a su primer test de peso en el sentido de conservar su influencia sobre quien en diciembre ya será presidente. El magnate intentó bloquear a Manuel Bartlett en CFE y fracasó. Antes habÃa intentado designar al Secretario de Hacienda -su elegido era Santiago Levy- pero tampoco tuvo efecto.
El establishment espera que esa decisión quede supeditada a figuras como Romo o bien el propio Urzúa que estiman también podrÃa proponer un economista que sea bien visto por el poder económico. El gran temor de los ejecutivos es que ese nombre salga del entorno de AMLO. Una situación similar a la de Pemex con Octavio Romero. ConfÃan en que eso no suceda porque al menos en el discurso del tabasqueño, la entidad no aparece como un eje de corruptelas.
La tensión del fin de semana encontrarÃa su origen en que la primer reunión de AMLO con Alejandro DÃaz de León tuvo un desarrollo complejo, en el cual el banquero central le dijo al presidente electo, palabras más palabras menos, que el plan de austeridad de Morena lo preocupaba porque lo entendÃa inviable y creÃa que eso podÃa comprometer las reservas y complicar la inflación. La reunión terminó antes de lo previsto y el tabasqueño se retiró de mal talante.
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