Quienes salieron de las reuniones en el Senado, repetían que llamaba la atención tanta generosidad. La oposición, reducida como nunca, había conseguido muy buenas posiciones en la Cámara Alta. "No tiene que haber sorpresa, ya habíamos dicho que no aplicaríamos el mayoriteo", respondían con cierto orgullo en la bancada Morena.

LPO adelantó varias semanas atrás que el único aviso que sí había dado Ricardo Monreal a sus compañeros coordinadores era que la Jucopo estaría los seis años en su poder. Allí no había margen para negociar. En comisiones, en cambio, abrió un escenario de solidaridad. El motivo no sería otro que conseguir los dos tercios de la Cámara Alta necesarios para aprobar las reformas constitucionales que López Obrador enviará al Congreso de la Unión.

Entre las principales modificaciones legislativas se encuentran la creación de Secretaría de Seguridad Pública de Alfonso Durazo, la cancelación en su totalidad de la Reforma Educativa, la desaparición del fuero al presidente de la república (artículo 108 de la Constitución), o la creación de la Fiscalía General de la República. Con los votos de la coalición de Morena-PT, no le alcanzaría al líder de la bancada marrón.

Por ello, Monreal Ávila delegó en Higinio Martínez y Susana Harp las negociaciones con la oposición. Y el visto bueno llegó rápido: como había adelantado este medio, Miguel Ángel Osorio Chong se quedará con la comisión de Gobernación, una de las más importantes. No es la única de las "grandes" que manejará el PRI: también obtuvo Marina y Estudios Legislativos.

Por la débil bancada que tiene el PRI en Senado, se trata de un "premio" bastante grande. Un gesto que demuestra los puentes que ya tendió Morena con el PRI en esa Cámara para sacar en los próximos meses las reformas más importantes del primer tramo de gobierno de López Obrador, que requerirán los dos tercios.

Esa necesidad explica por qué el PAN también se llevó un par de comisiones de las importantes, pero aunque con una bancada más grande, lo hizo en menor medida que el PRI. Monreal sabe que el PAN tendrá una postura más dura con las iniciativas de AMLO. Ya hubo una primera muestra en torno a los cambios en la Reforma Educativa.

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Zepeda consiguió para su grupo Puntos Constitucionales, aunque en rigor no irá para uno de los suyos, sino para Gustavo Madero, quien hoy está en una franca disputa con el anayismo. Economía y Vivienda también irán para el PAN, aunque está por verse quién la presidirá.

Miguel Ángel Mancera consiguió el control del Instituto Belisario Domínguez, como lo reveló esta redacción, espacio con un interesante presupuesto y una destacada exposición en los medios. El ex Jefe de Gobierno cree que desde ahí todavía puede soñar con una candidatura presidencial.

Movimiento Ciudadano tendrá la comisión de Anticorrupción, la cual estaría en manos del regio Samuel García.

El resto de los espacios grandes, como Educación, Seguridad, Energía, Presupuesto y Hacienda quedarán estratégicamente en manos de la bancada oficialista, la cual aún debate cómo distribuirá esos lugares.

Hay algunas definiciones. Ya se sabe que Cultura irá para Susana Harp, que Comunicaciones la tendrá Higinio Martínez, Comercio sería el premio para Napoleón Gómez Urrutia, y que Energía iría en estas semanas para Rocío Nahle, en un confuso mensaje pues la veracruzana se iría en diciembre al Gabinete.

Uno de los que cobraría un marcado protagonista sería Cristobal Arias, que se bajó de la pelea por la conducción de la Mesa Directiva en el primer año del sexenio. Le cedió el lugar a Martí Batres. ¿Conducirá la bicameral de Seguridad o encabezará el debate por las modificaciones en Educación?

Por lo pronto, Nestora se niega a cederle la comisión de Derechos Humanos a Emilio Álvarez Icaza, quien como anticipó LPO hizo una repentina presentación de sus pergaminos en una reunión de la Jucopo.