La inflación figura entre uno de las variables a las que Andrés Manuel López Obrador suele referirse para argumentar que la economía "va bien". Y, en rigor, es cierto: los precios han descendido y alcanzado el rango objetivo del Banco de México. Aún así, para los integrantes de su Junto de Gobierno no es suficiente y los retos no se han dispersado para dar total tranquilidad.
El consenso del mercado apunta a que este año el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) cerrará en 3.6%, muy por debajo del 4.83% con el que se ubicó al cierre del año pasado, aunque al interior del Banxico el optimismo lo imprimió el subgobernador Gerardo Esquivel, quien empuja un recorte inmediato en las tasas. Considera que existen condiciones para que la inflación descienda incluso por debo del 3.4%.
Pero esta proyección resulta demasiado optimista para otros analistas. El Citi, por ejemplo, opta por un rango de 3.6%, y otros como Grupo Financiero Banco Base consideran que estaría en 3.7%. Lo cierto es que tanto estas instituciones, como algunos expertos incluso dentro del banco central mexicano resaltan que la inflación subyacente sigue estando elevada para tener proyecciones más alegres.
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La inflación subyacente es aquella que considera los productos cuyos precios tienden a ser más estables y por tanto, es el elemento más significativo. Ahí se encuentran, por ejemplo, el costo de la vivienda y de colegiaturas. Para Alejandro Saldaña, analista de Ve por Más, el aumento en salarios mínimos y aumento en el precio de frutas y verduras son presiones latentes.
"La expectativa es que la inflación este año terminará por debajo del 4%, principalmente por la base de comparación, pues hace un año tuvimos fuertes presiones por los precios de los combustibles, sin embargo, en la subyacente muestra resistencias a disminuir", indicó a LPO.
Si bien en la primera quincena de junio ésta logró un nivel de 3.84%, las dudas de que se mantenga en niveles por debajo del 4% persisten. Saldaña explicó que pueden verse principalmente algunos choques como ajustes al salario mínimo que puede tener contagio en otros salarios y que ante mayores costos, le puede resultar más complejo al productor bajar los precios.
Por otro lado, el mismo economista explicó que el precio de las frutas y verduras se ha elevado, y si bien este rubro corresponde al no subyacente, igual tiene impacto en el apartado de mercancías -que figura como subyacente-.
Para el subgobernador Esquivel, un menor crecimiento de la economía sería suficiente para bajar las tasas -una premisa que ya defiende públicamente López Obrador-. No es una posición compartida por el resto de sus compañeros de la Junta.
La mayoría espera ver evidencias claras de que ésta está encuentra su trayectoria de convergencia a la meta de 3%, por lo que los argumentos de Esquivel y a pesar de que este próximo miércoles la Reserva Federal estadounidense (Fed, por sus siglas en inglés) realicen un recorte, no son suficientes para augurar un recorte de tasas en México este agosto. Ni da certezas de que la balanza se incline a un nivel más cercano al objetivo del Banxico.
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