A finales del año pasado se discutió la renovación del acuerdo bilateral entre México y Estados Unidos en cuestiones de aviación, pero hoy en día el tema se torna complicado toda vez que el gobierno estadounidense podría dar un revés a una de las primeras relaciones comerciales que se pactarían en el marco de este convenio, entre Aeroméxico y Delta.
El pasado 8 de abril, el Departamento de Transporte en Estados Unidos (DOT, por sus siglas en inglés) hizo pública la determinación de “no considerar como elegible la solicitud de alianza profunda, conocida como antitrust immunity -o alianzas profundas- entre aerolíneas de ambos países”, mismo en el que se insertarían estas firmas aéreas.
Ante esta noticia, el Frente en Defensa de la Aviación Nacional – donde figuran organizaciones como la Asociación Sindical de Sobrecargos de Aviación (ASSA), la Asociación Sindical de Pilotos Aviadores de México (ASPA), entre otras- desplegaron un comunicado externando su preocupación ante el estado que aguarda dicho convenio, a manera también de presión.
En el documento recordaron su apoyo al Gobierno Federal en su actualización de este convenio y la política de cielos abiertos pero “bajo el compromiso de que incluyera salvaguardas de temporalidad, gradualidad y la posibilidad de que cualquier aerolínea de México realizara alianzas profundas con aerolíneas de Estados Unidos”, lo que se rompería con la negativa de las autoridades del norte.
A estas voces también se unió la de la senadora por el Partido de la Revolución Democrática (PRD), Alejandra Barrales, quien aseguró que le parece muy justificado el comunicado, “porque no le conviene al país este convenio sin que venga de la mano con estos acuerdos, que son importantes porque le dan equidad y equilibrio a estos acuerdos que se están haciendo”.
En conversación con LPO, la legisladora aseguró que de no respetarse las alianzas profundas, se le estaría dando apertura a otro país, lo cual es negativo al considerar que el sector no se encuentra en las mismas condiciones en ambos países.
En esta línea, el vocero de ASPA, Leonardo Sánchez, señaló que en México la flota total de aviones comerciales ronda las 290 aeronaves, en tanto que en Estados Unidos, “una sola aerolínea cuenta con aproximadamente 600 naves”.
En entrevista telefónica con este medio, el vocero de lo asociación de pilotos aseveró que considerando esas condiciones, “se tiene que poner en la mesa una competencia equitativa”.
Para ambos, la única manera de que este convenio sea justo es si se aprueben estas nuevas relaciones comerciales, pues sólo así se permiten operaciones equitativas en la competencia entre las aerolíneas de ambas naciones.Además, impulsaría que otras empresas mexicanas a unirse a este tipo de acciones.
En este sentido, cabe recordar que la firma mexicana de bajo-costo, Interjet, ha iniciado códigos compartidos con la española Iberia y más recientemente con American Airlines, lo que la perfila como la segunda que podría beneficiarse del convenio bilateral, en caso de ser aprobado en estas condiciones.
El acuerdo que ha hecho dudar a Estados Unidos
El tema que está en la mesa de análisis por las autoridades estadounidenses se refiere al acuerdo comercial que en marzo anunciaron Aeroméxico y Delta, con el cual se eliminaría las restricciones para el número de vuelos que pueden efectuar entre pares de ciudades, además de permitir inversiones conjuntas. Una colaboración que rondaría entre los 1,500 millones de dólares.
Con ello, se ampliarían las opciones de conexión en ciudades como México, Monterrey, Guadalajara, Hermosillo, Atlanta, Detroit, Los Ángeles, Mineapolis, Nueva York, Salt Lake y Seatle, habían indicado las dos empresas a través de un comunicado.
En días pasados trascendió en medios que este acuerdo podría ser aprobado en mayo, y con esto, Aeroméxico sería la primera aerolínea mexicana en acceder a la inmunidad “antitrust”, que es una figura que va más allá de las alianzas de código compartido.
“Aún no se tiene un estimado de cuándo habrá una resolución, pero en cuanto se tenga habrán de reunirse ambas líneas aéreas y se hará un estudio de mercado. Las demás líneas aéreas estarán haciendo lo propio buscando una alianza profunda que beneficie a ambos países”, señaló Sánchez.
Si no revierte, advirtió, “quedamos como estamos, no hay más, las líneas aéreas no tendrán mayores libertades de volar a más países salvo acuerdos bilaterales, o sea, de alguna manera frena el crecimiento y por tanto, los usuarios no les serían palpables estos beneficios”.
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