Estados Unidos avanza en la negociación para lograr el Acuerdo Transpacífico de Asociación Económica (TPP, por sus siglas en inglés), en donde México figura como país socio junto con otros 11 más, insertándose así en la discusión para un tratado que definirá las reglas del comercio en la actualidad.
El TPP, nacido en 2006 y promovido principalmente por Estados Unidos -involucrando también a Japón, Australia, Nueva Zelanda, Malasia, Singapur, Vietnam, Canadá, Perú, Chile - cuenta con más de 26 capítulos de negociación en donde busca regular diferentes temáticas que van desde el comercio de lácteos, hasta la regulación laboral, derechos de autor, patentes, inversiones estatales y medio ambiente y se prevé que entre en vigor en 2017.
Para la doctora Luz María de la Mora, afiliada del CIDE en la división de Relaciones Internacionales, la inclusión del país en este tratado es relevante , pues así asegura su inserción en la economía internacional: "Es una necesidad estar presente en foros donde se están definiendo las reglas de comercio del siglo XXI".
Y es que para la especialista, este acuerdo se trata de reglas orientadas hacia las necesidades de las cadenas globales de valor, enfocadas en la innovación y el valor agregado, con un apartado muy importante en la cuestión de propiedad intelectual, que resulta “complicado y sofisticado”, señaló; además de otros temas nuevos en términos de participación en el comercio internacional.
México cuenta ya participación con otros países, entonces, ¿cuál es la diferencia?
Para México el tema de acuerdos con algunos de estos países como Chile, Perú, Estados Unidos, Canadá y Japón no es nuevo y son sólo seis países con los que no tiene tratados, en esa línea de la Mora explicó que “las novedades para México en términos puramente comerciales son con países como Vietnam y Malasia, también Australia y Nueva Zelanda”.
En este punto, Alejandro Gómez, experto del Grupo de Asesores en Economía y Administración Pública (GAEAP), señaló que en términos de exportaciones la expectativa es muy baja, considerando que a estos países -con los que no se han firmado tratados- es poco o nada lo que se puede vender, “ya sea por su lejanía o por sus propias condiciones de mercado”.
En contraparte, para la especialista del CIDE “todos los países con los que se está participando son igualmente relevantes, obviamente cada uno ubicado en su participación dentro de una cadena de valor. De Malasia nosotros importamos muchísimos insumos para diferentes industrias, ferrocarriles, electrónicos”.
Además, enfatizó que la diferencia es que éste tratado está más orientado a regular cómo producimos. “Los (acuerdos) del Siglo XX estaban más preocupados en cómo exportábamos, como comerciábamos. Ahora (la preocupación) es cómo hago la producción que requiere insumos, servicios, investigación y desarrollo de diferentes fuentes, y que se dé de la manera más eficiente”.
En este nuevo contexto, opinó que lo que hay que atender es en dónde nos vamos a insertar dentro de estas cadenas de valor y para ella, el punto es hacerlo donde hay mayor posibilidades de obtener un mayor retorno a nuestra inversión.
“La parte que se refiere al ensamble por sí mismo ofrece un valor agregado muy pequeño, en cambio la parte de la cadena donde está el diseño, la innovación, la investigación, la comercialización del servicio, etc., pues ofrece mayor retorno en la participación de un país que si nada más nos quedamos en un ensamble de manufactura donde la mano de obra es la parte principal en la contribución”, precisó.
Al respecto, el analista en economía de Banorte Ixe Casa de Bolsa, Alejandro Cervantes, para ciertas economías asiáticas es mucho más barato estar importando de economías emergentes latinoamericanas como es el caso de México, en relación a otras del mismo perfil en Asia.
Lo anterior, señaló, se debe al incremento que han presentado las mercancías chinas derivado del incremento de los salarios para los trabajadores en el sector manufacturero, lo que implicará una mayor exportación manufacturera mexicana hacía asía.
“Habrá una composición distinta a las exportaciones manufactureras mexicanas donde la participación de Asia va incrementarse más de lo que habíamos observado en años anteriores”, especificó Cervantes.
Sobre este tema de manufactura, la doctora en estudios internacionales dijo que el reto para el país es cómo podemos hacer un efecto multiplicador en la cadena hacia los proveedores “en donde haya posibilidad realmente de tener proveedores mexicanos en México que sean de primero, segundo o tercer nivel, y que puedan contribuir a agregar el valor que se requiere en esa cadena. Ahí para mí está el reto”, puntualizó.
Por favor no corte ni pegue en la web nuestras notas, tiene la posibilidad de redistribuirlas usando nuestras herramientas.