Miguel Ángel Mancera comienza a imaginar plazos y traza un horizonte para cumplir con una obra vital en el Distrito Federal: el destino de los terrenos del actual Aeropuerto Internacional Benito Juárez.
En este punto, septiembre y octubre serán claves para buscar y elegir, dentro de un abanico de posibilidades, la mejor propuesta de desarrollo urbano que revalorice el patrimonio para la ciudad.
Durante estos dos meses, en los que el cronograma de licitaciones para las obras del Nuevo Aeropuerto ya estará definido –según anunció hoy el secretario de Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruiz Esparza-, el gobierno del DF se propuso abrir el debate a personalidades de los ámbitos públicos y privados de nivel internacional.
Para hacerlo, primero realizará un encuentro donde alcaldes y otros representantes políticos de todo el mundo expondrán experiencias de gestión pública y casos de éxitos en construcciones de grandes predios.
Luego, durante octubre se realizará la Expo “Gran transformación urbana”, en la que se convocará a las empresas que participaron, a nivel privado, de estos megaproyectos. Entre ellas, ya se cuenta con Siemens, Samsung, Diesel Group y el grupo vasco Mondragón.
En la actualidad, estos terrenos de más de 710 hectáreas –equivalentes al doble de espacio que lo que ocupa el Central Park de Nueva York- son de uso federal. Pero de dejar de utilizarse con fines nacionales, volvería a pertenecer a la administración del DF.
Esa es, al menos, la lectura que hacen desde el Gobierno capitalino. Por eso será clave la participación de líderes de la región y compañías de todo el mundo. Estos foros tendrán dos grandes objetivos.
Por un lado, Mancera quiere seguir construyendo su perfil de gestor dialoguista y, en este proyecto también buscará generar debates y consensos para avanzar en el rescate de este enorme predio.
“Estamos ante una oportunidad de construcción urbana única e histórica y por eso, Mancera quiere formarse una opinión basada en las experiencias extranjeras para que la decisión que tome sea basada en aciertos y errores de iniciativas pioneras de nivel internacional”, sostuvo Ricardo Becerra, subsecretario de Desarrollo Económico.
En este sentido, así como el jefe de Gobierno busca dejar como legado político la primera Constitución del Distrito Federal, quizás también entienda este rescate de tierras como el hito de desarrollo urbano que lo identificará en su rol como gestor de grandes inversiones en proyectos macro para la ciudad.
Ahora bien, el traspaso de ese terreno también dependerá de la voluntad política del gobierno Federal, con quien Mancera históricamente no sólo ha evitado confrontar, sino que, en varias oportunidades, incluso ha unido esfuerzos.
Por eso, es probable que la decisión final de la reconversión de esos terrenos también cuente con la participación de algún representante nacional que articule las perspectivas de ambos gobiernos y logre avanzar al fin en un proyecto inmobiliario de características históricas.
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