Como se preveía, el Banco de México (Banxico) volvió a seguir los pasos de la Reserva Federal (Fed) en Estados Unidos y anunció que mantendrá sin cambio las tasas de interés, luego del incremento realizado en diciembre a 3.25 por ciento.
El organismo a cargo de Agustín Carstens, reconoció que “la coyuntura actual ha cambiado desfavorablemente y los riesgos se han acentuado”, por lo que reiteró que seguirá muy de cerca la evolución de todos los determinantes de la inflación y sus expectativas para horizontes de mediano y largo plazo, en especial del tipo de cambio y su posible traspaso a los precios al consumidor.
Explicó que la economía mundial continúa debilitándose y advirtió que “hacia adelante no se puede descartar que la volatilidad financiera internacional permanezca alta e incluso se incremente”, ello ante la incertidumbre que persiste en torno a la economía china, a lo que se suma el tema de los precios bajos en el petróleo, los cuales tienen un panorama deprimido en un largo plazo.
En ese sentido, señaló que para México, es fundamental mantener un marco macroeconómico sólido, por lo que exhortó por llevar a cabo los ajustes requeridos en las finanzas públicas, en ese punto, incluyó a Pemex.
Señaló que con ello, se absorbería el choque a los ingresos públicos que ha representado la caída y el deterioro de las perspectivas del precio del petróleo.
Banxico previó que no se “anticipan durante los próximos trimestres presiones generalizadas sobre los precios provenientes de la demanda agregada. Se considera que el balance de riesgos para el crecimiento ha mostrado cierto deterioro respecto de la decisión previa de política monetaria”.
Banxico anticipa que tanto la inflación general, como la subyacente, cierren 2016 en niveles cercanos a 3 por ciento.
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