Finalmente le llegó el turno al mercado eléctrico de empezar esa transformación que forma parte de la reforma energética y que tiene por reto el abrir un mercado nuevo, que iniciará con las siete empresas que resultaron ganadoras en la primera subasta eléctrica de largo plazo.

El secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell, confirmó esta mañana los resultados de la primera subasta de largo plazo para poder vender energía y certificados de energía limpia, explicando que las siete empresas ofrecieron 11 ofertas de un total de 227 que recibieron en el proceso y de que al final, se redujo a 69.

Las empresas ganadoras fueron: SunPower Systems, Enel, Parque Eólico Reynosa III, Gestamp Wind, Recurrent Energy, Alten Energías Renovables, y Energías Renovables del Istmo, seleccionadas a través de un algoritmo informático, el cual determinó las mejores posiciones para el Estado, tomando en cuenta variables como el precio y la ubicación, explico el regulador, que es el Centro Nacional de Control de Energía (Cenace).

Además de ello, se informó que la Comisión Federal de Electricidad (CFE) adquirió más de cinco millones de certificados de energía limpia y por otro lado, se declaró desierta la compra de potencia, al no haber ofrecimiento.

Concretamente, en estos certificados se asignó el 85.30 por ciento de lo requerido por la empresa mexicana, y en cuanto a energía fueron asignados 5.38 millones Gigawatts hora, que representa el 84.66 por ciento de lo propuesto por la CFE, pues las ofertas de las empresas se hicieron a través de las necesidades que estipuló la empresa mexicana.

El reto de abrir un mercado

El camino para abrir este mercado ha sido largo y complicado, empezando la carrera desde el 2013, cuando comenzó la creación de las leyes que dieran pie a la entrada empresas privadas, de tal suerte que poco a poco el sector ya no sólo exista un actor dominante, que es la empresa que hoy dirige Enrique Ochoa.

Antes de estos cambios había la posibilidad de que particulares auto abastecieran y el remanente se lo vendieran a la CFE y la Secretaría de Hacienda estableciera precios, que establecía subsidios que eran absorbidos por la empresa mexicana.

Finalmente, este enero se lanzó la primera subasta de corto plazo –en donde los particulares podrían ofertar energía en operaciones día a día- pero los resultados no fueron los esperados: sólo la empresa productiva del Estado participó.

La razón de ello fueron los altos riesgos que implicaba: “es un mercado que apenas se va creando, hay mucha cautela”, explicó a LPO Arturo Carranza, socio de Solana Consultores, que mencionó que había mucha inquietud sobre las bases que se impusieron.

Y de frente a los resultados de la subasta de hoy– con un plazo de 15 a 20 años- Carranza consideró que los resultados fueron “alentadores”, haciendo énfasis en que el mercado apenas está despegando. Ello considerando que sólo llegaron siete de 69.

En cuanto al rubro de potencia, que quedó desierto, señaló que ese resultado es “entendible”, explicando que en realidad este es el ejercicio último de la cadena en el mercado: se trata de la capacidad de electricidad que no se utiliza en un plazo y queda almacenada.

Por lo tanto, "para venderla primero tienes que generar y tiene que haber alguien que te compre, y ya después puedes planear cuánta capacidad te sobra para poder ofertar" apuntó.

El camino para la creación del mercado eléctrico apenas comienza y ahora tanto la Sener como la Cenace habrán de vigilar y observar cómo van funcionando las bases, las primeras subastas y los beneficios que se vayan generando, por lo cual irán haciendo ajustes para las futuras licitaciones.

Los participantes privados sin duda estarán atentos de cómo va avanzando, en un mercado que sin duda resulta atractivo, “con un potencial de inversión muy grande” y sin los riesgos que genera un mercado como el del hidrocarburo, sobre la caída de sus precios.

El especialista en el sector añade que los beneficios de que se abra este mercado es que se impulsará la generación de energías limpias y que en un largo plazo, se espera tenga un impacto en las tarifas para los usuarios, con una disminución de éstas.