Miguel Ángel Mancera llegó al poder con un impresionante apoyo popular: lo votó el 66% del electorado del Distrito Federal. Con el correr del tiempo, sin embargo, su imagen se desplomó y su potencia electoral se debilitó notablemente. De hecho, desde que asumió perdió todas las veces que fue a las urnas: los comicios del 2015 y la consulta por su proyecto de Corredor Chapultepec, por ejemplo.
El primer dato que arrojan las autoridades electorales del Distrito Federal demuestran que los capitalinos le dieron una vez más la espalda: sólo un 26% de los ciudadanos participaron de la elección. El abstencionismo entonces fue cercano al 75%. Demasiado para un proyecto que pretendía ser la bandera presidencial del Jefe de Gobierno.
"De los más 7.4 millones de ciudadanos de la lista nominal, se prevé que sólo el 20% acuda a las urnas el próximo 5 de junio", había anticipado Jorge Ortega Pineda, vocal del Registro Federal de Electores de la Junta Local del INE. No estuvo tan lejos.
En cambio, en el PRD pensaban que irían a votar cerca del 35%. Aunque los números demuestran que el proyecto constituyente de Mancera no conmovió a los capitalinos, paradójicamente este panorama le abre un escenario de optimismo al Sol Azteca.
"Si el ciudadano común que se opone a su gestión no vota, entonces las chances de Mancera y del aparato que controla a través del PRD crecen", explicó a La Política Online un operador de Morena en Álvaro Obregón, donde trabajan para contrarrestar el supuesto poder de la estructura que controla Leonel Luna.
Quiere decir que la baja participación podría ser un activo para Mancera, que ahora sueña con un empate técnico contra Morena. Sería un resultado agónico, puesto que la mayoría de las encuestas daban una ventaja de hasta 20 puntos en favor del partido de Andrés Manuel López Obrador.
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