Una gran controversia generaron las cifras de pobreza de México para 2015, resultado de una nueva metodología por parte del Instituto Nacional de Estadísticas y Geografia (Inegi). Aunque no sorpresa: La Política Online ya había anticipado meses atrás que José Antonio Meade no estaba conforme con el sistema que se venía aplicando.
Para 2014, la cifra que arrojó el Coneval fue impactante: 55 millones de pobres. Pero el secretario de Desarrollo Social consideró que este guarismo podría reducirse hasta en 77% si se medía bajo "esquemas internacionales”.
Para muchos, sus palabras eran un guiño o acaso un pedido para que se cambiara el sistema. Aunque se trata de un instituto autónomo, el Inegi tomó la decisión de cambiar el método y así se consiguió una notable reducción en el número de pobres: casi 11 millones menos que el año anterior. Por no haber consultado al Coneval, el tema llenó de suspicacias a la opinión pública y la misma clase política.
En diálogo con LPO, el politólogo Marco Arellano recuerda que el Inegi goza de plena independencia. “En el antiguo régimen, los gobiernos priístas abusaban de dar cifras rimbombantes sobre la disminución de pobreza. Eso hoy no sucede más", afirmó.
Sin embargo, las dudas en torno a una supuesta concesión que podría haber hecho el Inegi a pedido del Gobierno ronda los pasillos del sistema político.
Sus datos del Módulo de Condiciones Socioeconómicas indican que las personas en condición de pobreza multidimensional descendieron de 55.3 millones en 2014 a 44.5 en 2015. Las autoridades del Instituto explicaron que para llegar a este resultado se aplicaron “criterios de captación y verificación de mayor rigor, con el fin de tener una medición más precisa de los ingresos”.
El Coneval, en cambio, se pronunció en contra de los cambios repentinos y decidió cancelar la medición de la pobreza de 2015, negándose a avalar los datos del Inegi. Recordó que hasta el 2019 no podría haber cambios en las metodologías, acuerdo que se violó.
“Es ilógico que en un sólo año se haya bajado casi en 11 millones de personas la pobreza. Estamos haciendo que el levantamiento 2016 lo sea con años anteriores”, señaló en una entrevista televisiva el secretario ejecutivo del Coneval, Gonzálo Hernández Licona.
¿Fines políticos?
En medio de los cruces entre los organismos, surge la figura de José Antonio Meade. El secretario fue el primero en hacer pública sus críticas la medición. ¿Se trata de un movimiento para posicionarlo en la pelea presidencial para 2018?
Para Jorge Márquez, politólogo de la UNAM, es indiscutible que Meade está detrás del cambio de método, aunque "no tanto en un sentido de manipulación, sino de seguir la tendencia mundial".
"Hasta el Banco Mundial ha cambiado también sus mediciones", explicó. Y aunque en una reunión privada con senadores, Meade se deslindó del tema diciendo que es competencia del Inegi, Márquez opinó que sí hay intereses políticos detrás.
“Más que pensar en una carrera presidencial, Meade está defendiendo al presidente y su Gobierno. Es también una defensa a la gestión económica de Luis Videgaray. Al fin de cuentas, el titular de Hacienda también paga por el número de pobres", consideró.
Por su parte, Arellano afirmó que “hay una tentación del gobierno federal por aclimatar y minimizar todas estas voces que lo cuestionan y hablan de un gobierno ineficiente y de grandes problemas de corrupción”.
Pero la jugada es peligrosa y incluso podría dañar la imagen del tecnócrata más eficientes del Gabinete, advierten los especialistas. "Lo afecta en su difundida credibilidad como gestor, más teniendo en cuenta que su candidatura presidencial corre muy de atrás. Esto no es más que otro tropiezo", concluyó Arellano.
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