La visita a la Argentina del presidente Enrique Peña Nieto cerró con la firma de tres acuerdos de cooperación, dos memorandos de entendimiento y la profundización del acuerdo de complementación económica entre Argentina y México (ACE 6) con el compromiso de avanzar hacia la apertura comercial el año próximo.

Lo cierto es que en los términos del acuerdo fijaron reuniones trimestrales a partir de noviembre y la cláusula de “single undertaking” que establece que “nada está acordado hasta que no haya acuerdo sobre absolutamente todo”. Por eso en México descreen que Argentina en un año pueda tomar todas las medidas tendientes a aperturar la economía en el corto plazo.

“Es muy prematuro. Lo que se anunció el viernes del avance ACE 6 ya fue un poco, pues, aventurado, u optimista o adelantándonos al tiempo de que eventualmente se pueda convertir en un tratado de libre comercio (TLC)”, explicó a LPO el director de Relaciones Internacionales de la empresa de infraestructura eléctrica Xignux, Eugenio Salinas.

Xingux está interesada en participar del Plan Belgrano y vino al país a interiorizarse acerca de las necesidades de conectividad de las redes de alta y media tensión. Su especialidad es el cableado por tierra. Aun así, no anunciaron inversiones. De momento, quieren estudiar las posibilidades de ingresar en una licitación en el programa de inversiones más ambicioso de Macri.

Eugenio Salinas accedió a una entrevista exclusiva con LPO acerca de las potencialidades de entrar en un esquema de eliminación de barreras arancelarias con México, aunque advirtió que “fue solo un principio de acercamiento” y muchos sectores importantes de la economía quedaron sin tratar. Los tres ejes de negocios claves, según detalló el empresario, son infraestructura, alimentos y energías.

¿Qué beneficios pueden esperarse por ambas economías a partir de la firma de la profundización del ACE 6?

Mira. Los acuerdos de complementación económica comenzaron allá por los años ‘80 y eran simples convenios de reducciones arancelarias en bienes, pero al hablar de un TLC ya incluye otra serie de disciplinas como los servicios; y los de última generación tienen capítulos como los de propiedad intelectual, cuidado del medio ambiente, homologación de regulación, desregulación en general o “coherencia regulatoria” que le llaman. Pero esto es a penas lo que se proponen hoy. Hasta que no se fijen los parámetros de negociación, no hay forma de saber los alcances que va a tener.

LPOJuan Carlos Casas

Hoy hay una gran oportunidad de complementación. Argentina es de un extensionismo y una producción de granos que, una vez que recuperen la inversión que las políticas proteccionistas alejaron del campo, en especial en el sector bovino, verán la oportunidad. En México, si bien también somos también un país agrícola, somos importadores netos de alimentos. Si me corro del maíz de los tacos que no pueden faltan de las mesas mexicanas, somos deficitarios en cereales y en proteína animal, que en última instancia también son cereales transformados en carnes de ave, cerdo y res.

Hago un paréntesis aquí por un tema delicado que es lo homologación de los protocolos fito-zoo-sanitarios. México tiene desde los años ’50 un bono zoo-sanitario y ha costado mucho cuidarlo. Cuando Argentina garantice protocolos de tratamiento de alimentos potencialmente riesgosos, México estará dispuesto a comprarle proteínas cárnicas.

¿Y cuál es el interés de México en este acuerdo?

Un punto muy interesante son las obras que comentó Macri, que no sé si ya estarán comenzando o aun no, en la parte de infraestructura. Aquí vemos tres vertientes: uno, meramente construcción de puertos y autopistas y todo lo que es obra civil, en lo que México tiene grandes potenciales con empresas de alto calado que pueden entrar a los contratos y a las licitaciones.

Y luego hablaban de la conectividad eléctrica, que es de lo que conozco un poco más porque es mi sector. Macri hablaba de conectar las dos regiones del norte del país. Y no nada más eso, sino el adelanto en producción de energías limpias, la eólica y solar. Esto implica otra gran oportunidad porque México es de lo más eficiente que hay en la producción de transformadores y de cableado de líneas de alto voltaje con tecnología de punta. Ahora incluso con las últimas novedades de cableado subterráneo dentro de la ciudad.

Cuando hay interconexión, suspendes el abastecimiento de una hidroeléctrica o una termoeléctrica para mantenimiento o enfriamiento, y usas la energía de otra fuente. Pero ese entramado de uniones que conforman sistemas, son más costosas. Pero son necesarias para una garantía de calidad en el abasto. La energía eléctrica como el agua puede venir en distintas calidades, con discontinuidad en el voltaje por la sobrecarga de las líneas por ejemplo.

¿Ustedes ya tienen cuantificado el volumen a invertir al presentarse a licitaciones o aun no tienen una propuesta concreta?

No. Me comentaban de Invest Argentina, que está disponible todo el programa de infraestructura del Plan Belgrano y que hay que ir a acceder hasta personalmente a los detalles. Es ahí donde tendremos que estudiar dónde está la veta de oportunidad para las empresas mexicanas y dónde podemos tener proveeduría.

¿Cuán factible es ingresar en un esquema de tendencia hacia el libre comercio a partir de 2017? ¿Considera que primarán los rubros en la categoría de quita inmediata de aranceles o en plazos mayores?

Si me permites, creo que hablar de esto es aún muy prematuro porque no ha habido aun la primera ronda de negociación, donde se definan los parámetros y vamos a negociar no nada más las cuestiones de tarifas, sino los demás capítulos de servicios que te comentaba, el respeto a la denominación de origen, las cuestiones laborales, la regulación contra prácticas desleales. Pero hay algo muy importante que es lo que llamamos “acceso a mercados” que es donde se definen qué bienes y servicios se incluyen (para sacar aranceles aduaneros) y cuáles tienen una sensibilidad especial para Argentina y cuáles para México. Una vez que se decida en qué capítulos entrar, viene la gradualidad.

Es lógico que para algunos capítulos se haga de inmediato y que otros, por cuestiones de sensibilidad social o estrategia económica, se lo haga más lento. O si se opta por la otra vertiente, que es negociar por cupos de importación.

Para México sería interesante, la baja de los aranceles para complementar de inmediato lo que por logística y cercanía ya importamos desde Estados Unidos y Canadá, por ejemplo, de cereales y proteína animal, ya que ellos también dirigen hacia otros grandes mercados como Rusia o China sus exportaciones según el precio y sumar a Argentina nos ayudaría a bajar la volatilidad en el abastecimiento.

Resumiendo, ¿en qué se avanzó con este acuerdo de profundización?

De momento, hay un punto que es crucial y es la certidumbre, como lo dijo el Secretario Guajardo. El acuerdo genera certidumbre para la toma de decisiones. En especial las decisiones de inversión. Porque todo lo que acabemos firmando luego tiene valor constitucional. No sé si aquí lo ratifica el Senado como en México o todo el Congreso, pero un acuerdo internacional tiene la misma jerarquía que la Constitución. En este sentido, Argentina sí está dando certezas a los inversores, independientemente de si luego es rentable tal o cual business plan.

El otro punto clave es que el comercio internacional ya no es de bienes internacionales, sino de insumos. Cada vez más, en cada país se le va agregando valor para participar de las cadenas mundiales de valor. Desde ahí empieza el concepto de especialización. Todos los países lo vamos entendiendo. La economía de los commodities es muy voluble. Tienes que sumar valor en distintos productos para tener menos volatilidad. O te sumas a la globalización, desapareces, te quedas fuera.

¿Qué respondería a los que se oponen a la apertura?

Fíjate que, desde las maquilas, México hizo una profunda reconversión de su economía para favorecer las inversiones priorizando el agregado de valor mexicano a las exportaciones. Cuando la apertura se hace de manera exitosa, como lo fue en el caso mexicano, es verdad que algunas empresas sufren y otras se ven perjudicadas, pero la oferta de productos se magnifica y lo que cada trabajador puede adquirir medido en horas de trabajo se multiplica. Sí debes tomar los recaudos para aliviar la presión que genera la competencia, desde luego.

Perdona, a lo mejor no es el mejor lugar para hacer la comparación, pero estuve caminando por la calle Florida y visité la feria de la Rural, me dije esta carísimo. Ciento diez dólares unos zapatos de cuero o cuarenta dólares una camisa es el doble de lo que se paga en Estados Unidos, ni te lo comparo con México porque tuvimos una devaluación severa del 30% en un año y a lo mejor distorsiona. Bueno, ¿aquí también devaluaron?, pues a estos precios se me hace que aún les falta.

El punto es que es importante que el consumidor entienda que se beneficia de la apertura. Y sí, no es bonito pasar la primera etapa de ajuste. Pero en eso el gobierno tiene que tomar sus recaudos de contención y en este sentido, soy partidario de la gradualidad. Hay que hacerse cargo del costo del reajuste y ayudar a las empresas que les va mal o necesitan reeducar a sus obreros en la transición. Se me hace que a veces a los gobiernos se les olvida, o se van a los extremos o de inmediato o prefieren que en un plan político se haga todo el escándalo, y que por eso se le ha hecho mala fama a la apertura.