En unos días se cumplirá un año de la multa que la Comisión Federal de Competencia (CFC) interpuso a Pemex por prácticas monopólicas y el caso podría ponerse sobre la mesa una vez más en la Suprema Corte de Justicia, lo que está causando temor en los trabajadores petroleros por las implicaciones de esta resolución.

Fue en agosto de 2013 cuando se le confirió una multa por 653.2 millones de pesos por prácticas monopólicas relativas al transporte de gasolina y diésel a través de Pemex Refinación, señalando que obliga a las gasolinerías a emplear servicios de traslado con “pipas” o camiones cisterna operados por personal sindicalizado de la empresa.

Por supuesto, la empresa no se iba a quedar de brazos cruzados, sobre todo el Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República (STPRM) que comanda Carlos Romero Deschamps: se inició una guerra para que se eliminara esa multa y declararan inconstitucional el artículo 36 de la Ley Federal de Competencia.

En la columna Parteaguas, publicada en El Financiero, trascendió que esta pugna estaría a punto de resolverse en la Corte, aunque consultada por LPO, desde ahí se informó que aún no pasa a la lista de temas que se tratarán próximamente, sin embargo, no se descartó que pudiera efectivamente, estar por salir en estos días.

“Una estrategia de la cúpula sindical”

Lo cierto es que existe un temor latente entre los trabajadores y es que todo parece apuntar a que este fallo no favorecerá a la petrolera que hoy dirige José Antonio Anaya y se alerta incluso a que pudiera generar bloqueos, algo sumamente delicado en un escenario donde reina la tensión mientras que el Gobierno sigue sin poder resolver el tema magisterial.

Y es que esta resolución tiene una lectura mucho más compleja, desde lotros gremios petroleros. Raúl Bestard en diálogo con La Política Online, considera que todo estaría puesto desde el inicio para que la petrolera pierda esta demanda.

Para Bestard, secretario ejecutivo del disidente Sindicato Nacional de los Trabajadores de las Empresas Productivas del Estado, Petróleos Mexicanos Subsidiarias y filiales (SNTEPEPM), todo está planteado desde la cúpula sindical, apuntando a los intereses del tesorero de la STPRM, Luis Ricardo Aldana Prieto, para seguir teniendo el control de la distribución de estos productos.

Explica primero se busca dejar de ser ante la autoridad un ente monopólico, por lo que se tiene que desestructurar esa parte: “y una demanda es mucho más barata de lo que pudiera salir liquidar toda la estructura del reparto de combustible,

“Entonces, lo que se hace es transferirla a un ‘particular’ que este se haga de la vista gorda y se la dejan al sindicato a través de una empresa que seguramente va a crear, en donde Ricardo va a ser el dueño de esa empresa”, consideró Bestard.

De lo que se está hablando es de una estructura que maneja más de 9,000 pipas y en donde los afectados serían los trabajadores y sin duda habrá descontento social.

Pero Bastard ve poco viable un paro, sobre todo considerando que “no tienen una representación real, ni legal, en ninguna parte”. Eso sin duda sería un alivio para el Gobierno, aunque quizá otro punto de tensión dentro de la ya muy golpeada Pemex.