Los últimos cambios en el Gabinete fueron pocos, pero en verdad contundentes. Salió Luis Videgaray, acaso el hombre más fuerte del equipo presidencial, y en su lugar quedó José Antonio Meade, quien tomó vuelo para la presidencia y garantiza así que la sucesión siga abierta, como ya explicó La Política Online.

Para ocupar la vancante en la Secretaría de Desarrollo Social se intentó un acercamiento con Manlio Fabio Beltrones. Pero el viejo lobo de mar no quiso subirse a un barco que -según su lectura- de a poco se está hundiendo.

Por eso Peña Nieto recurrió a un gran amigo, quizás el hombre de máxima confianza: Luis Miranda. Automáticamente, se creyó que su designación era una maniobra para tener a un operador con experiencia para soltar planes sociales hacia el Estado de México, que el año próximo irá a elección.

La información que surge por estas horas parece cambiar un poco el eje del plan. Según publica Carlos Loret de Mola, la semana pasada habría convocado a una reunión de sus equipos. Allí, unas sesenta personas habrían escuchado de su propia voz que pelearía por el Estado de México.

Un jugador de peso que sin dudas tendrá relevancia en la partido. De hecho, la semana pasada ya se observó un poco de este poder, cuando armó un enorme evento en Huixquilucan, en donde se entregaron miles de tarjetas de apoyo y despensas.

Ese acto fue considerado por el PAN como una provocación: Huixquilucan es gobernador por el blanquiazul y es uno de los municipios que integran el “corredor azul”. Anaya cree que es una señal clara de que el PRI irá con todo por esos terruños.