Se veía venir. En la previa del acto
inaugural de la Asamblea de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) en la
Ciudad de México, el diario anfitrión El Universal publicó un artículo
anunciando que uno de los objetivos centrales sería reclamar por el lamentable
récord de periodistas asesinados que arrastra México.
Y así fue. El presidente del periódico, Juan Ealy Ortiz, pronunció ante la atenta mirada del presidente Enrique Peña Nieto, un equilibrado discurso en el que destacó las reformas de su gestión y pidió una solución “global” al narcotráfico que incluya la parte de responsabilidad que cabe a Estados Unidos por la venta de armas que utiliza el crimen organizado y el consumo de drogas en su país.
Pero al mismo tiempo denunció que en México “desde el año 2000 han muerto 115 periodistas, más 20 desaparecidos, más 50 atentados a medios”. Destacó sin embargo que la solución a los desafíos que enfrentan las democracias “no puede estar radicada en los autoritarismos, ni los caciques o caudillos de derecha o izquierda que ofrecen salidas fáciles, como los Maduro, Castro o Trump”.
Mas enérgico incluso fue el presidente de la SIP, Pierre Manigualt, quien sostuvo que el Estado debería hacer mayores esfuerzos para detener y esclarecer el asesinato de periodistas. “Once periodistas han sido asesinados en México en lo que va del año”, enfatizó el directivo, que incluso pidió un minuto de silencio por los profesionales asesinados.
Peña Nieto nunca perdió la calma o mostró molestia por los señalamientos y cuando le tocó hablar respondió con un discurso muy preparado, que confirmó que esperaba el reclamo. Ante un colmado salón del Hotel Hilton ubicado frente a la Alameda en el centro del DF, el presidente reconoció: “Soy consciente de que pese a los avances en los últimos años, aún hay crímenes contra periodistas que debemos resolver”.
Y en una crítica política a su antecesor, el panista Felipe Calderón, vinculó este drama con “la crisis de violencia, que vivió México sobre el final del sexenio anterior”.
Es obligación de un Estado democrático
otorgar garantía s a los periodistas para el ejercicio de su profesión
especialmente ante la amenaza del crimen organizado, la intimidación y ataques
contra periodistas nos dañan como sociedad", reconoció Peña Nieto.
Luego enumeró las medidas que tomó su administración para enfrentar la situación: "En 2010 se creó la fiscalía especial para delitos cometidos contra la libertad de expresión y en 2012 el mecanismo para protección de personas defensoras de derechos humanos y periodistas”.
Internet. El Presidente reveló que desde
el 2012 a la fecha el aumento de la cobertura de internet en México creció un
50 por ciento y hoy alcanza a 60 millones de ciudadanos.
"En ese marco realizamos mejoras técnicas a ese mecanismo de protección con la asesoría de Freedom House. Hoy protege a 167 periodistas", agregó y en lo que pareció un señalamiento a los estados donde más crímenes de periodistas se han producido advirtió: "Es necesario también que los gobiernos estatales asuman la responsabilidad en este sentido para que los periodistas puedan realizar su labor".
El nombre del renunciado gobernador priista de Veracruz, Javier Duarte, pareció sobrevolar el salón.
Luego en el plano más analítico de su discurso, Peña Nieto analizó el impacto en la sociedad que está generando la velocidad de la información que circula a través de los medios digitales y las redes sociales. Defendió su utilización como un medio de control ciudadano del poder: "Los gobiernos ahora vivimos en una caja de cristal", reconoció.
Y se metió luego en un tema más complejo, como es la dificultad de los gobiernos actuales para dar respuestas a las demandas de la gente en la velocidad que se pretende. “La justa insatisfacción frente a
problemas como la pobreza, la desigualdad o el lento crecimiento de la
economía, justo con la expectativa de soluciones rápidas producen frustraciones
y pueden explicar el desencanto con la democracia”, reconoció.
Pero advirtió que "esto es tierra fértil para la demagogia y abre la puerta para soluciones mágicas, pero lejos de alcanzar el cambio anhelado encuentran división".
"Por eso los gobiernos democráticos enfrentamos el reto de explicar e interactuar con los ciudadanos y explicar de manera convincente los avances", sostuvo, en lo que pareció una velada crítica a su propia administración.
Para cerrar afirmando que "la libertad de prensa es el instrumento mas poderoso contra el autoritarismo, es la mejor garantía para avanzar hacia una sociedad de derechos y libertades, por eso el Gobierno es absolutamente respetuoso de la libertad de expresión y con esa convicción firme la declaración de Chapultepec".
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