El negocio más grande este 2016 y el quinto de mayor volumen desde el inicio del siglo XXI ahora debe superar una prueba compleja en el Senado en Washington. El subcomite de regulaciones para los derechos del consumidor debe aprobar la compra de Time Warner por parte de AT&T por un monto de 85400 millones de dólares. Este subcomite, que controlan los republicanos, depende de la influyente comisión de Justicia.
Las primeras señales de rechazo llegaron apenas se conoció el acuerdo cuando Richard Blumenthal, senador demócrata por Nueva York, dijo que "urge una revisión a fondo para entender lo que esta adquisición implica para el bolsillo del consumidor".
El mismo escepticismo demostró el senador republicano Mike Lee quien pidió una "revisión exhaustiva de la operación". Lo secundó en la declaración la senadora demócrata Amy Klobuchar.
El domingo pasado en el programa "Meet the press" el aspirante a la vicepresidencia demócrata Tim Kaine dijo que en materia de medios de comunicación él es partidario de una menor concentración del mercado.
Desde AT&T el mensaje es que el Senado aprobará la fusión porque está demostrado que las "fusiones verticales" incrementan la competencia y benefician a los consumidores con precios más bajos.
Con esta compra AT&T se convertirá en el principal competidor de NBC-Comcast. Los dos conglomerados combinan telecomunicaciones con contenidos bien segmentados como noticias, entretenimiento y deportes.
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