Los emails de Hillary
Acusan al director del FBI de operar para Donald Trump
La resurrección del escándalo de los emails de Hillary hizo que muchos se cuestionaran el comportamiento del director del FBI.

El extraño comportamiento del director del FBI, James Comey, está dejando perplejos a jugadores políticos de ambos partidos. Comey, quien por cierto mide más de dos metros de estatura, es una de esas rarezas políticas que sólo la administración de Barack Obama pudo crear. Confirmado como director del buró en 2013 para un periodo de diez años, el nombramiento sorprendió a muchos ya que se trata de un republicano registrado que ha donado públicamente a las campañas de John McCain en 2008 y Mitt Romney en 2012, activamente trabajando para dejar a su jefe sin trabajo.

Es una regla no escrita que el FBI respete los procesos electorales y se abstenga de divulgar información respecto a investigaciones en curso que puedan impactar el resultado de una elección, como recordaron los ex procuradores Jaime Gorelick y Larry Thompson en una durísima columna publicada en el Washington Post en la que directamente acusan a Comey de atentar contra la democracia. 

El verano pasado Comey decidió anunciar que –después de una investigación exhaustiva al caso de los servidores de correo privados de Hillary Clinton– el FBI no recomendaría levantar cargos contra la candidata presidencial demócrata. La investigación concluyó que, al brincarse el protocolo y utilizar un servidor de correo privado, Clinton y su staff habían puesto en peligro información clasificada del Departamento de Estado que podía haber llegado a manos de gobiernos rivales. Sin embargo, explicó el director, consideraban que no existía evidencia que sugiriera que supieran lo grave de la situación, por lo tanto, no recomendarían iniciar un proceso en contra de la ex secretaria.

Es una regla no escrita que el FBI respete los procesos electorales y se abstenga de divulgar información sobre investigaciones en curso que puedan impactar en una elección. 

La campaña Trump cuestionó enérgicamente la decisión, acusando al FBI y al Departamento de Justicia -supuesto jefe del FBI- de ser muy suaves con Clinton. Durante meses, Trump tachó a Clinton criminal e incompetente en su manejo de la información clasificada, y en innumerables ocasiones señaló que ni siquiera debería permitírsele competir por la presidencia. Todo culminó en el segundo debate presidencial, cuando Trump prometió meter a Clinton a la cárcel si lograba ganar la presidencia. El tema del servidor privado de email ha perseguido a la ex secretaria desde el minuto 1 de su campaña.

Y entonces, con la temperatura a niveles nucleares y a poco más de una semana de la elección presidencial más dramática en años, James Comey sale y dice que hay nuevas revelaciones en la investigación. Para colmo, la misiva que envió a varios líderes en el Congreso de los Estados Unidos es sumamente vaga.

Hillary en una reciente visita a la Florida, donde se negó a hablar del caso de los mails.

Comey comienza explicando que la investigación concluida en julio pasado había sido abierta nuevamente. "Por recientes acontecimientos, escribo para suplementar mi testimonio anterior”, comienza el director del buró y continua: “En conexión con un caso no relacionado, el FBI supo de la existencia de correos electrónicos que parecen pertinentes a la investigación”. Y sigue: “El FBI tomará los pasos apropiados para permitir a los investigadores revisar estos correos para determinar si contienen información clasificada, así como sopesar su importancia en nuestra investigación”. 

Más abajo, Comey reconoce que ni él sabe si el nuevo descubrimiento tiene alguna importancia: “Aunque el FBI aún no puede determinar si este material es o no significativo, y yo no puedo predecir cuánto más nos tomará completar este trabajo adicional, pienso que es importante actualizar a sus comités respecto a nuestros esfuerzos a la luz de mi anterior testimonio”.

El caso "no relacionado" al que hizo referencia Comey es la investigación por presunto abuso de una menor por parte de Anthony Weiner, es congresista y ex marido de Huma Abedin, una de las mujeres más cercanas a Hillary.

Ese caso “no relacionado” del que habla Comey, es la investigación a Anthony Weiner, ex congresista, ex candidato a la alcaldía de Nueva York, y ex esposo de una de las mujeres más cercanas a Hillary Clinton: Huma Abedin. Lo investigan por el presunto abuso d euna menor de edad. En 2011 Weiner dinamitó su meteórica carrera política cuando tuiteó una foto de su pene que pretendía enviar por mensaje privado a una seguidora. Poco después del incidente varias mujeres publicaron las conversaciones de naturaleza sexual que tuvieron con Weiner (que por cierto en inglés significa salchicha), destruyendo su futuro profesional. 

Un par de años después Weiner casi logra salir del hoyo cuando contendió por la candidatura demócrata a la alcaldía de Nueva York, sin embargo, a mitad de la campaña, una nueva mujer salió a denunciar que había intercambiado mensajes sexuales con el congresista. Weiner mantuvo un perfil bajo los siguientes meses, apareciendo sólo como padre de familia retirado.  Hace unos meses Weiner terminó de destruir su matrimonio. Envió una foto sugerente (no explícitamente) en la alardeaba de su miembro en la cama, junto su hijo que dormía  junto a él. Fue demasiado. Días después Abedin, quien goza de una reputación intachable, anunció que se estaban divorciando.

El problema es que al investigar la computadora de Weiner el FBI descubrió que Abedin también la usaba para comunicarse con Hillary y encontraron cientos o miles de mails, que ahora están siendo analizados.

Hillary Clinton y su colaboradora, Huma Abedin.

Trump se regodeó con la carta de Comey, declarando que el escándalo era “más grande que Watergate”.

“El FBI creo que va a corregir el rumbo del barco, y pueden salvar su gran reputación haciéndolo”, dijo el magnate durante un evento en New Hampshire. “Puede que [la elección] no esté tan arreglada como yo pensaba”.

Los demócratas no se tardaron en protestar. Clinton fue la primera en demandar que el FBI publicara los correos a los que se refería para calmar los ánimos. John Podesta, el director de campaña de Clinton, publicó una declaración en la que protestaba por las declaraciones del director del buró, a cinco minutos de finalizar la campaña presidencial. “Ya estamos viendo a gente diciendo que el FBI está 'reabriendo' una investigación, pero las palabras de Comey no coinciden con esa caracterización”, dijo. “La carta del director Comey se refiere a correos electrónicos que han salido a la luz en un caso no relacionado, pero no tenemos idea de cuáles son esos correos y el director mismo señala que podrían no ser significativos”, agregó. 

En julio pasado cuando Comey anunció que el FBI recomendaría no denunciar a Clinton, los demócratas lo alabaron y Trump se indignó. Hoy la situación es inversa: El magnate se regodeó y dijo que se trata de un caso "pero que el Watergate".

En julio pasado, cuando Comey anunció que el FBI recomendaría no perseguir a Clinton, los demócratas lo alabaron y llenaron de aplausos. El congresista demócrata Elijah Cummings del Comité de Supervisión de la Asamblea, le dijo durante una audiencia pública: “No sé si su familia está viendo esto, pero espero que estén tan orgullosos de ti como lo estoy yo, porque es usted el epitome de un servidor público”.

Hoy su tonó cambió: “Francamente, estoy sorprendido de que el FBI haya enviado esta carta, es obvio que los republicanos iban a tergiversarla inmediatamente”. Y más adelante dijo que “el FBI tiene ahora la obligación de hacer pública toda la información posible lo antes posible para eliminar cualquier inexactitud o confusión en este tema”.

Por su parte, Dianne Feinstein, vicepresidenta del comité de inteligencia del Senado, acusó: “El FBI tiene una historia de extrema precaución cerca del día de la elección para no influenciar el voto. La forma en que hoy rompieron esa tradición es escandalosa”.

El republicano Donald Trump celebró la reapertura de la investigación contra Hillary.

Pero los demócratas no fueron los únicos en cuestionar al director de la institución policíaca más poderosa del mundo. Politico consultó a varios fiscales federales y otros funcionarios del Departamento de Justicia. Uno de ellos declaró que no entendía las acciones del director, “tirar esta bomba que podría ser sólo un ceb y “hacerlo en la última semana, a diez días de la elección presidencial sin mayor información, no creo que deba hacerlo porque sólo invita a la especulación”.

Un asistente de procurador en Nueva York fue aún más crítico, tachándolo de haber actuado de forma “totalmente inapropiada” y de no tener nada que hacer “escribiendo al Congreso sobre unos supuestos correos que ni él ni nadie más en el FBI ha revisado”. La mayoría de los consultados dentro del Departamento de Justicia se mostraron sorprendido y cuestionaron la decisión del director de hacerlo público sin tener conclusiones claras.

Uno de los funcionarios especuló que podría tratarse de una respuesta desmedida contra críticas al interior del propio FBI. El director fue señalado desde julio pasado por supuestamente haber enterrado el escándalo Clinton por razones políticas.

Pero uno de los señalamientos más sonados es la forma en que el director manejó la investigación del supuesto hackeo al Partido Demócrata por órdenes del gobierno ruso. Esta investigación ha sido muy hermética y podría involucrar a Donald Trump, quien ha sido el principal beneficiario de los ataques cibernéticos al equipo de Clinton. Esta situación ha hecho que muchos se cuestionen si el director del FBI está trabajando para beneficiar al candidato republicano.

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