El cuadro fue perfecto: Coldwell, Meade, González Anaya e incluso Deschamps, en un ambiente de cordialidad y halagos. Así se presentó el nuevo plan de negocios para rescatar a Pemex, donde más allá del anunció general sobre lo que quiere la petrolera, se lanzó un mensaje claro hacia el gobierno.

Desde el mercado esa fue la lectura que se dio a una presentación muy general donde aún quedan muchas dudas entre los analistas del “cómo lo harán”. Preguntas en torno a qué negocios se concentrarán, aún rondan en el aire.

Mandando un mensaje de confianza, José Antonio González Anaya, director de Pemex, aseveró que para el 2017 lograrán un superávit de 8,4000 millones de pesos, “lo que permitirá un equilibrio financiero hacia el 2020 o 2019” y prometió una meta de producción de un millón 944 mil barriles diarios en 2017.

Para los analistas este ha sido un mensaje de que la petrolera “ya tiene rumbo” y ven alcanzables las metas, pero más allá de este pronunciamiento llamó la atención un mensaje claro al gobierno.

"El objetivo es eliminar este falso dilema que existe entre Hacienda y Pemex. Si hacemos la implementación de los farm-outs se puede construir un escenario en el cual aumenta la recaudación en términos reales para Hacienda y a la misma vez existe un alivio fiscal para Pemex. Con la reforma energética los dos podemos ganar", lanzó el directivo.

“Hacienda sí puede incrementar su apoyo”

Este mensaje responde a una disputa “ya histórica” entre la empresa petrolera y la dependencia que hoy comanda José Antonio Meade, explica Arturo Carranza, especialista en energía del Instituto Nacional de Administración Pública (INAP), sobre las resistencias del gobierno para otorgarle mayores apoyos a la petrolera.

“Es un claro mensaje de exigirle mayores incrementos fiscales, de que Hacienda se le permita mayor deducción de costos”, señala en analista, quien además destacó que este mensaje se lanzara en la presencia de Meade.

Recordemos que ya LPO había relatado que en el mercado se veía de manera positiva el cambio de administración a cargo ahora del ex director del IMSS, debido a su antigua relación con Meade, lo que avizoraban, significaría que habría diálogo entre ellos.

Concretamente los incrementos fiscales a los que se refiere es el tema de la deducibilidad, uno de los temas que encendió la discusión entre los diputados en la discusión por la Ley de Hidrocarburos entre los Diputados.

En ese entonces, el diputado de Morena e integrante de la Comisión de Hacienda, Vidal Llerenas, denunciaba que si bien se había otorgado ese derecho a la petrolera, este era menor en contraste con empresas privadas o extranjeras.

Esa acusación contrastó con el discurso oficialista que se ha jactado de sí apoyar a la petrolera pues a inicios de año se aprobó un cambio en el régimen fiscal para Pemex que le permitiría aplicar una deducibilidad mayor por concepto de gastos e inversiones en el cálculo del derecho por utilidad compartida en la exploración y explotación de hidrocarburos en tierra y aguas someras.

Pero la acusación sigue siendo que ello no es suficiente. En su momento, Llerenas señaló que “considerando los 40 dólares por barril que propone el gobierno, Pemex podrá deducir 6 dólares por barril, en tanto que a las empresas privadas la deducción es de 20 dólares”.

Y es que el analista explica que hay un temor por parte del gobierno que de incrementarle la deducibilidad a la empresa petrolera, ella dejará de pagar por derecho de aprovechamientos, lo cual señala que eso pudiera ocurrir de momento, “pero por otro lado le permitirá tener más ventaja y con el tiempo mayores recursos”, con lo que considera legítimo este reclamo.

Otro mensaje que quedó muy claro desde la lectura del especialista en el sector, Ramsés Pech, es que Pemex no logrará salir solo y por ello, la clave son las alianzas y los farm-outs, un mensaje también a los diputados que siguen aprobando que se le recorte presupuesto.

Si bien ya se aprobó la Ley de Ingresos en el Congreso, este mensaje puede resonar en próximas discusiones y se analice más a fondo la situación de la petrolera, imposibilitada ya para asumir riesgos y dejándolos en manos de empresas privadas.