La propuesta del presidente Enrique Peña Nieto para sumar un nuevo miembro a la Junta de Gobierno del Banco de México evidencia el estado de situación en el círculo primario de Los Pinos. La nominación al Senado de Alejandro Díaz de León es un triunfo para Agustín Carstens por sobre otros candidatos que traían en carpeta Luis Videgaray, José Antonio Meade e Ildefonso Guajardo.

Peña Nieto lo fortalece así Carstens en un momento de fuerte turbulencia por el triunfo de Donald Trump en EU. Así como el mandatario parece entender que Videgaray será clave para lidiar en lo político por su conocimiento del mundo Trump, también desliza que los contactos de Carstens en el país vecino, sobre todo en el segmento de la banca y las entidades crediticias, serán decisivos.

Díaz de León se desempeña actualmente como director del Banco Nacional de Comercio Exterior (Bancomext). En su experiencia laboral destacan cargos como Titular de la Unidad de Crédito Público en la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, vocal ejecutivo del Fondo Nacional de Pensiones de los Trabajadores al Servicio del Estado (PENSIONISSSTE), director de Estudios Económicos y Director de Análisis Macroeconómico en el Banco de México, entre otros.

A este último cargo llegó promovido por Carstens y desde ese entonces su ascenso se vio señalado por la influencia del titular de Banxico. Díaz de León llega a la Junta de Gobierno para fungir como aliado incondicional del presidente que no tiene un predicamento absoluto sobre los subgobernadores  Manuel Ramos Francia, Roberto del Cueto, Javier Guzmán Calafell.

Para el jefe del Banxico el país no tiene problemas de deuda, tampoco tiene problemas de liquidez, e incluso cuenta con reservas internacionales por 195 mil millones de dólares más la línea flexible del FMI por otros 70 mil millones de dólares. Cree que ese respaldo es el refugio de México ante lo que pueda ocurrir en EU y por esto también avala la idea de esperar la reacción de Fed sobre el futuro de las tasas de interés.