Finalmente, y tras un reclamo de todo el arco polÃtico del Estado, Jaime RodrÃguez Calderón mostró el nuevo contrato entre Nuevo León y la armadora KIA Motors. Destacó ahorros y compromisos del Estado pero omitió una cuestión crucial: la construcción de infraestructura ferroviaria que va a pagar el Estado. Algo que se entiende porque en un momento la intención era que ese gasto corriera por cuenta de la Federación.
También se compromete a descontarle a la armadora el 95 por ciento del Impuesto Sobre Nómina en 5 años. En el caso del predial, la firma coreana ya no estará exenta, sino que recibirá un descuento del 50 por ciento durante 10 años.
Un apartado secundario, y ausente en el discurso del gobernador, dice que Nuevo León va a reembolsar el gasto de obras ya contempladas como la infraestructura de electricidad, espuelas de ferrocarril, drenaje y una laguna de retención.
La obra del ferrocarril es clave porque KIA la requiere para enviar su producción a EU y Canadá y evitar un alto gasto en transportes madrinas. Al mismo tiempo, a esa obra están atados los recursos que recibirá PesquerÃa, algo que también es preferible dejar en un segundo plano.
La SecretarÃa de Infraestructura de Humberto Torres lanzó las licitaciones SINL-CPE-008-2016 y SINL-CPE-009-2016 para los trabajos de terracerÃas y la instalación de vÃas del patio ferroviario de Kia.
El primer objetivo del gobernador era que este gasto asà como el drenaje sea solventado desde la Federación algo, que por obvios motivos, no sucederá. Basta con observar lo ocurrido en la negociación del Presupuesto en el Congreso de la Federación.
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