La dudas en torno a la postura que tomaría Donald Trump ya como presidente en torno al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), se van disipando y no parecen ser positivas para México, pues ya manda una señal de cuán agresivo será su pelea comercial.

Tanto el gobierno como especialistas señalaban que habría que esperar a ver a quiénes designaría al frente estas negociaciones para terminar de delimitar una estrategia para defender el TLCAN que tanto criticó Trump en su campaña. Pues bien, esta mañana se anunció que al frente de la Secretaría de Comercio estaría Wilbur Ross, bien conocido por sus críticas a los acuerdos comerciales en el exterior.

Y no arrancó amablemente. Ya en la primera entrevista tras su designación dio señales de cómo será su trabajo, al señalar de manera tajante: “los mexicanos tendrán que hacer concesiones. Punto”.

Negociaciones más duras

Trump ya había advertido que en sus filas sumaría gente de negocios. Ese es el caso de Ross, quien es conocido como el “rey de la bancarrota”. Un empresario que se ha dedicado a rescatar negocios en crisis de manufactura, incluso, ayudó al republicano en los ochentas a sacar a flote sus casinos de Atlantic City.

El magnate le reconoce precisamente su capacidad negociadora: "sabe cómo ayudar a las empresas para que alcancen el éxito. Es uno de los mayores negociadores que haya conocido", expresó sobre él.

Entre los expertos es reconocido por su manera “agresiva” de llevar a cabo estas negociaciones, algo que ya se puede observar en sus primeras declaraciones respecto a los acuerdos comerciales. Y es que tiempo atrás, cuando recién se unió a la campaña del republicano, ya expresaba claramente su opinión.

En julio de este año, criticaba a través de un artículo difundido en medios, que los políticos y diplomáticos estadounidenses no habían sabido reconocer un buen tratado de uno malo, por lo que habían “perdido”. Para él, la solución era simple: “debimos haber negociado más duro".

Y añadía: “No es demasiado tarde para salvar los acuerdos comerciales existentes en Estados Unidos a través de duras renegociaciones. En cualquier negociación o renegociación, nuestro principio rector debe ser este: entrar en un acuerdo de libre comercio sólo si ambos aumenta el comercio total y reduce nuestro déficit comercial”.

Y ahora ya próximo a asumir su nuevo rol  advirtió que en sus prioridades estará hacer arreglos al TLCAN: necesita ser arreglado. México no va a desaparecer, Canadá ciertamente no va a desaparecer. Pero hay cambios que se necesitan”.

Donald Trump y Wilbur Ross

Agencias Internacionales

Por lo pronto elige un discurso contundente: “No habrá guerras comerciales, y diré por qué: veamos al peso mexicano. La razón por la que ha colapsado es porque todo mundo sabe que los mexicanos tendrán que hacer concesiones. Punto”.

Su lógica es que Estados Unidos representa el 80% de las exportaciones totales de México y en ese contexto señaló, “cuando uno es el cliente del 80 por ciento de alguien, ¿realmente peleará conmigo? No, va a negociar”.

Y por otro lado, también fue tajante al señalar que el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP, por sus siglas en inglés) no tendrá respaldo de Estados Unidos. “Es un acuerdo fraudulento”, dijo.

En diálogo con La Política Online, la investigadora del CIDE, Luz María de la Mora, reconoce que son preocupantes estas declaraciones porque desde ahora ya busca “marcar pauta”, por lo que advierte que son declaraciones que deben ser tomadas con mucha seriedad.

Aunque también destaca que existen elementos de fortaleza para enfrentar esta negociación, sobre todo, dejar claro que México no va solo y ahí, será determinante también la postura de Canadá.

Por lo pronto, se une a las opiniones que señalan que nuestro país ya se ve forzado a mirar otras regiones, fortalecer sus acuerdos con América Latina, Europa y por lo pronto, tampoco se descarta el tema del desembarco China.