Los bancos y las empresas financieras metieron freno al otorgamiento de créditos al consumo a nuevos clientes como una medida preventiva ante el temor de que un menor crecimiento de la economía mexicana el próximo año provoque desempleo, retraso en los pagos y un aumento de la cartera vencida, y decidieron enfocarse en sus clientes actuales.

Las reuniones de los banqueros están impregnadas de un escepticismo que ayer jueves fue en aumento cuando se conoció que Agustín Carstens dejará la conducción del Banxico en el mes de junio.

El ascenso de Donald Trump en EU está instalado en círculo rojo como un tema omnipresente. El rumor de que Carstens podría salir de la entidad estaba en el aire hace meses y de ahí el clamor para que Luis Videgaray se quede en México y no asuma responsabilidades de política exterior tras el triunfo de los republicanos.

Por ejemplo BBVA Bancomer, la institución más grande del país, fue de las primeras en adoptar una estrategia de vigilancia más cercana de los clientes que presentaban algún tipo de retraso mediante “llamadas de cortesía” para recordar la próxima fecha de pago y luego para agradecer el cumplimiento de dicha obligación, situación que generó molestia entre los clientes puntuales.

Además seleccionó a un grupo de clientes para ofrecer una asesoría personalizada que permitiera, bajo ciertas condiciones, la reestructura de créditos para evitar un potencial incumplimiento al ofrecer incluso una baja de la tasa de interés de hasta 10 puntos porcentuales.

Una fuente de la institución dijo que incluso los empleados de sucursales recibieron la indicación de dejar de ofrecer tarjetas de crédito a personas que no tienen una relación con el banco y centrarse en los clientes actuales para ofrecerles servicios o productos adicionales.

También trascendió que Banamex, HSBC, Scotibank y Santander están en proceso de análisis para instrumentar medidas similares y al mismo tiempo que publicitan más promociones para sus clientes como esquemas de compras y disposición de efectivo vía tarjeta de crédito sin intereses a un plazo de hasta 20 meses.

De hecho las cifras más recientes del Banco de México revelan que incluso desde octubre, un mes antes de las elecciones en Estados Unidos, se reportó una menor tasa mensual de crecimiento del crédito al consumo otorgado por la banca y también por los intermediarios financieros no bancarios.