El CEO del imperio petrolero más fuerte del mundo, Rex Tillerson, está en la lista corta de Donald Trump para el cargo de Secretario de Estado. Desde el encuentro de ayer martes del ejecutivo con el presidente electo y con el vicepresidente Mike Pence y el asesor de Seguridad Nacional Michael Flynn, el mundo del petroleo está en vilo ante un movimiento que podría disparar múltiples reacciones.

Tillerson se iba a retirar de Exxon en abril del año que viene. Forbes estima que en los diez años que lleva como CEO ha embolsado más de 200 millones de dólares. Como hombre de ese sector, tiene contactos de primer nivel en lugares de gran conflictividad en el mundo como Venezuela, África, Medio Oriente o Europa del Este que son lugares que interesan a EU y que es donde está el petroleo.

Es un experto en Rusia, se ha asociado con empresas paraestatales que pertenecen al gobierno de Vladimir Putin, conoce la burocracia de ese país y este tal vez sea su activo más importante para ganarle la partida a figuras como David Petraeus o el ex gobernador Mitt Romney. Rusia es un aliado central para Trump.

Para México es una opción interesante porque Tillerson se ha asociado a Pemex en la Reforma Energética (en consorcio con Total acaba de adjudicarse una zona para aguas profundas) y tiene una relación amena con Emilio Lozoya, ex titular de la petrolera. 

Lozoya salió de Pemex luego de un enfrentamiento interno con Luis Videgaray. Durante meses fue considerado como potencial director de la firma Oro Negro e incluso se llegó a decir que desembarcaría como titular de un banco extranjero. Pero lo cierto es que ha vuelto  circular en el entorno principal del Gobierno. Enrique Ochoa, ahora jefe del PRI, se ha encargado de eso.

Lozota conoce a Tillerson porque las primeras cartas de intención de Exxon para la reforma energética las consiguió en su gestión en Pemex. Ha viajado en reiteradas ocasiones al corporativo de Exxon en Dallas y desarrollaron trato personal en los encuentros del Club del Petroleo en Houston. 

Tillerson es respaldado para el cargo por el ex gobernador de Texas Rick Perry y por la familia Bush. El ejecutivo es también un hijo prodigo de Texas. Creció en Wichita Falls y se graduó en la Universidad de Texas en Austin.