El gobierno de Mauricio Macri, sufrió este martes una durÃsima derrota en el Congreso, que reavivó las dudas sobre la capacidad de la alianza que conduce de garantizar la gobernabilidad del paÃs, teniendo al poderoso peronismo como oposición.
Lo grave del episodio es que se trató en gran medida de una derrota auto inflingida, ya que fue el propio Macri quien convocó a sesiones extraordinarias para tratar una reforma al impuesto de Ganancias que se aplica sobre los salarios.
Macri propuso a través de su bloque un proyecto bastante tacaño en la mejora para los trabajadores y se mantuvo inflexible, pese a que es minorÃa en ambas cámaras, apostando a la división del peronismo a través de la presión que ejerció sobre los gobernadores de esa fuerza, para que a su vez presionen a diputados y senadores.
El resultado no pudo ser más catastrófico: No sólo se unieron las tres fracciones del peronismo lideradas por el ascendente Sergio Massa, sino toda la oposición en un proyecto común, que además dispuso el aumento de impuestos a las finanzas, el juego y la minerÃa, para financiar la quita de presión impositiva a los salarios.
El Gobierno perdió la votación por 140 votos a 86, pese a que hasta ya iniciada la sesión insistÃa en que iba a ganarla. Fue un verdadero Waterloo polÃtico que desnudó los graves problemas de conducción que está teniendo el gobierno de Macri, poblado de ex CEOs de empresas, casi sin ninguna experiencia polÃtica.
Situación de aislamiento que Macri agudizó este martes, cuando lejos de tratar de reconstruir los puentes con el peronismo, que maneja ambas cámaras y tiene la mayorÃa de los gobernadores, los atacó frontalmente, abriendo enormes interrogantes sobre como hará en adelante el Gobierno para conseguir que le aprueben las leyes que necesita.
La falta de astucia y determinación para negociar se suma a un problema mucha más grave: A dÃas de cumplir el primer año de su mandato de cuatro, hasta ahora el balance de su gobierno es decepcionante, incluso en lo que se suponÃa era su fuerte: el manejo de la economÃa y la gestión de obra pública.
Todos los indicadores de la economÃa están después de un año incluso pero que el calamitoso estado en los que los dejó Cristina Kirchner. El déficit ya ronda los 5 puntos del PIB; la deuda extraña pasó del 25% contra el PIB al 50%, la inflación se duplicó y terminará el año en un escalofriante 40%; pero lo más grave no es eso.
Lo que realmente está lastrando la popularidad de Macri es que desencadenó una recesión fuertÃsima que se confirmó con los Ãndices oficiales de octubre con caÃdas históricas de la construcción y la industria. La perdida de poder adquisitivo de la gente, cierre de comercios e industrias y caÃda del consumo, hace que los argentinos terminen el año con buena parte de las esperanzas que habÃan tenido con el triunfo de Macri, evaporadas.
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