La narrativa anti china instalada por Donald Trump no es para nada nueva entre los empresarios mexicanos. En el sector del acero y la siderurgia existe desde hace un año y medio una fuerte presión sobre organismos reguladores y gobiernos para instarlos a levantar barreras comerciales contra la producción del paÃs asiático.
Ternium tiene un rol dominante en este sentido. El conglomerado ha cabildeado la cuestión al máximo nivel: fue el tema central de la última reunión entre Enrique Peña Nieto y Paolo Rocca (CEO de Grupo Techint) en Buenos Aires durante la última visita del presidente al paÃs sudamericano.
La desaceleración reciente de la economÃa China genera que la gran producción acerera se exporte al exterior a un precio muy conveniente porque todas las firmas chinas tienen participación estatal y están subsidiadas.
La compañÃa le ha señalado en múltiples ocasiones a Ildefono Guajardo que los productores chinos no pagan impuesto, pagan salarios bajos y no deben apegarse a regulación alguna respecto al medio ambiente. La última reunión de los empresarios del sector en el despacho del secretario de EconomÃa no terminó bien. Era junio y Trump todavÃa parecÃa una posibilidad remota.
El funcionario defiende la idea de imponer al acero chino una cuota compensatoria por competencia desleal pero los empresarios sostienen que ese monto serÃa definido por la OMC donde China ha ganado terreno en el último tiempo. De hecho, la semana pasada los voceros del gobierno chino recomendaron la OMC como escenario para que Trump exponga sus quejas contra la polÃtica comercial.
Informes de la Asociación Latinoamericana del Acero señalan que la producción de acero en América Latina en los últimos 16 años creció 13.5% y pudo haber crecido mucho más si no fuera porque las importaciones chinas se incrementaron en 525%.
Los números son contundentes: en el 2000, el paÃs asiático exportaba 0.1 millones de toneladas de acero y al dÃa de hoy aumentó a 9.4 millones, siempre con precios más bajos.
Esta posición contrasta con la conducción empresaria que ante el proteccionismo que propone Trump, busca estrechar sus lazos con China y potenciar la llegada de inversiones del paÃs asiático. Actualmente México compra mucho más de lo que le vende a China. La siderurgia es uno de los rubros predominantes al cual se suman textiles, quÃmicos, autopartes y electrónicos.
Los ejecutivos de Ternium han señalado en recientes encuentros empresarios que la sustitución de China por EU es compleja porque si bien actualmente México es el principal exportador de bienes al paÃs limÃtrofe, a China es muy difÃcil entrar a vender. En la noche del lunes, en una entrevista en la televisión argentina Rocca insistió con los mismos planteos y se mostró totalmente alineado con el discurso del presidente electo.
Un dato: Rocca y Peña Nieto deberÃan haber coincidido hace semanas en PesquerÃa, Nuevo León para inaugurar la nueva planta generadora de energÃa de Ternium. Por diferentes excusas de agenda, el encuentro nunca se realizó.
Estos conceptos anti-china están en el origen de la candidatura de Trump y los ha enarbolado de toda su campaña: que las empresas de EU no logran colocar sus bienes en China por las altas barreras de entrada y que eso dispara el déficit comercia. Wilbur Ross, propuesto para la SecretarÃa de Comercio opina en la misma lógica. Una narrativa que en México también tiene sus adeptos.
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