La Política Online adelantó hace algunas semanas que, aunque por lo bajo y sin hacerlo público, el entorno de Ricardo Anaya ya da por cerradas las alianzas PAN-PRD en Coahuila y Nayarit, dos de las tres entidades que renovarán sus gobernadores en 2017. Mientras tanto, claro, esperan por una definición en el Estado de México.

Confiados en que será el PAN quien ponga al candidato, el principal operador de Anaya ya trabaja en los acuerdos de unidad. Santiago Creel está convencido que uno de los mayores éxitos de 2016 fue designar a los postulantes sólo después de haber negociado con la mayoría de los grupos locales.

"De hecho le pasó a Ricardo también en 2015, cuando bajó su candidatura para la gubernatura de Querétaro y apoyó a Pancho Domínguez. A cambio amarró allí la sucesión de Gustavo Madero en el PAN", recuerdan en el entorno de Creel.

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Anaya ya tiene a su candidato definido: es Fernando Salazar, senador con licencia por Coahuila. Pero en sus equipos saben que, antes, deberán acercar posiciones con Guillermo Anaya Llamas, el ex senador que es compadre de Felipe Calderón y cercano por supuesto a Margarita Zavala.

El también ex alcalde de Saltillo y ex secretario de la Función Pública en el último sexenio panista deberá conseguir algo a cambio para bajar su amenaza de fractura en la entidad. Esta tensión quedó en evidencia en la reciente elección de representantes para el Consejo Nacional del PAN.

Acaso por consejo de Margarita, Memo Anaya decidió bajar su candidatura como consejero, sabiendo que Salazar también estaba en la pelea y sería sin dudas un elección interna anticipada. En su lugar, Anaya Llamas dejó su lugar al diputado local Jesús de León Tello.

Los resultados mostraron una leve ventaja de Salazar, que sacó más votos que nadie. El representante de Anaya Llamas quedó en tercer lugar. No es posible saber qué hubiese pasado si se enfrentaban los dos postulantes a la gubernatura directamente.