El presidente argentino Mauricio Macri, tuvo una buena noticia sobre el fin de su primer año en el poder: El blanqueo de activos no declarados que lanzó su administración, alcanzó un recórd histórico con bienes declarados por más de 100 mil millones de dólares.
Esto le dejará a su gobierno unos 7.000 millones de dólares extras de recaudación –por el tributo excepcional que se cobró sobre los bienes no declarados- que le permiten aliviar el altísimo déficit de Argentina que termina el 2016 con un rojo de las cuentas públicas que ronda los 5 puntos del PBI.
El éxito de la iniciativa quedó en manos del despedido ministro de Hacienda, Alfonso Prat Gay, que se fue el viernes pasado, echado más por problemas de difícil relación personal con el presidente que por un reproche sobre su gestión. Macri lo consideraba “arrogante”.
El número alcanzado superó hasta las cifras más optimistas. Para tener magnitud del dinero que blanquearon los argentinos, la cifra equivale a un 17% del PBI del país. El monto se acumuló en base a 235 mil declaraciones juradas, lo que da un fuerte indicio de dos temas lamentables: la concentración de la riqueza en ese país y la pasión de los ricos por girar sus ganancias al exterior.
La ex presidenta Cristina Kirchner lanzó antes de irse una medida similar y apenas reunió 2.600 millones de dólares. EL ministro Prat Gay destacó que el blanqueó que lanzó la administración de Macri “tuvo un éxito fue 35 veces superior al de Cristina”.
A la vez superó a los 19.000 millones de dólares del blanqueo reciente de Chile y a los 52.500 millones de dólares del de Brasil.
Pero el resultado final podría ser incluso más alentador porque todavía hay plazo hasta el 31 de marzo para declarar inmuebles en el exterior. No es un secreto que los argentinos son unos de los grandes compradores de propiedades en Miami, por ejemplo.
Con esta noticia Macri encuentra así u alivio importante para el mayor desafío que enfrenta su Gobierno: Reducir el abultado déficit fiscal heredado y ampliado por su Gobierno, que tuvo que expandir el gasto social para contener al peronismo.
El 2017 asoma para Macri muy desafiante porque deberá enfrentar al peronismo en las elecciones legislativas de medio término, mientras intenta al mismo tiempo reactivar la economía que lleva cinco años de recesión y ajustar el déficit a la meta fijada del 4,3% y la inflación al 17%, que terminó el año pasado en un histórico 40% anual.
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