Corey Lewandowski se encamina a convertirse en el principal cabildero de la administración de Donald Trump. En el mercado automotriz señalan al ex manager de la campaña republicana como el factor clave para que Ford suspenda su desembarco en San Luis Potosí. Lewandowski acaba de abrir su firma de lobby en Washington y fue quien organizó la cena entre Trump y Carlos Slim.

En la capital de EU se empieza a entender cuál es la jugada de que Lewandowski no esté nombrado en el gobierno como otros asesores de la campaña presidencial. Su empresa de lobby va a ejecutar todo lo que el protocolo de la Casa Blanca le impida al entorno de Trump. El nexo entre ambos contextos es el omnipresente Jared Kushner, yerno de Trump e interlocutor de Luis Videgaray.

En el caso de Carrier el hombre clave para evitar que la empresa se instale en México fue el vicepresidente electo Mike Pence. En ese caso se trató de un proceso de seducción a partir de unos incentivos fuera de serie para la empresa en el estado de Pence, Indiana.

Ford fue un caso muy diferente. La automotriz se disponía a invertir más de 1000 mdd en San Luis Potosí. Se canceló el proyecto, la empresa va a tener que indemnizar al estado y en EU no hay compensación alguna esperando a Ford. Es evidente que existió un mecanismo de presión que va más allá de la localización de la planta. Un punto oscuro en esta trama que fue explotado por el cabildero Lewandowski.

El asesor respalda también la idea de que el FBI tiene que activar con fuerza sus investigaciones sobre los capitales de mexicanos que fueron introducidos al sistema bancario de EU. Este plan busca reforzar la narrativa antimexicana que le dio fuerza a Trump en la campaña pero también generar un mecanismo de presión sobre el gobierno mexicano. A finde cuentas, todos los capitales que se están investigando, corresponden a ex gobernadores del PRI, el signo político gobernante.