A los pocos días del triunfo de Donald Trump en Estados Unidos, Miguel Ángel Osorio Chong se reunió con senadores y diputados y exteriorizó un temor que ha comenzado materializarse con la divulgación de la llamada entre Trump y Enrique Peña Nieto. Osorio les dijo que había altos mandos del Ejército en el Pentágono que pensaban como Trump sobre la frontera con México y que no lo iban a disuadir, si ya como comandante en jefe ordenaba una incursión.

Les recordó además que en la visita de Trump a México durante la campaña el magnate viajó acompañado por Jeff Sessions, su candidato para ser Fiscal General y que tiene una fuerte retórica contra la inmigración mexicana.

Dos situaciones planteó el secretario de Gobernación en esa junta. Un eventual ataque de tropas de EU a grupos criminales mexicanos en la frontera del lado mexicano. O bien una incursión aérea para destruir plantaciones de droga. Acciones que el presidente de EU capitalizaría hacia el interior del país para reforzar su narrativa antimexicana. Pero que serían un desastre para el Gobierno mexicano.

La transcripción de la conversación entre los dos mandatarios confirma este pronóstico de Osorio y expone la Seguridad como un asunto de igual envergadura que la negociación comercial por el TLC.

El staff de Seguridad y Defensa de Trump ya está confirmado por el Senado. James Mattis en Defensa, Michel Flynn como asesor de Seguridad Nacional, Mike Pompeo en la CIA y tal vez el hombre más decisivo, el general retirado John Kelly que tiene a su cargo la construcción del muro fronterizo.

 Su designación es la más relevante para México por la forma como concibe la inmigración y el narcotráfico: una amenaza para la seguridad nacional de Estados Unidos y donde el terrorismo puede agazaparse.  Kelly no era conocido de Trump. Lo recomendó Stephen Bannon, actualmente el hombre más poderoso de la Casa Blanca. Las advertencias de Osorio se acercan peligrosamente a la realidad.