26970 millones de dólares de remesas ingresaron a México en enero. Un flujo que desde que Donald Trump ganó la presidencia se ve exacerbado ya que los migrantes temen que se imponga un impuesto a las remesas en un futuro cercano. Sería uno de los caminos que el presidente de EU exploraría para pagar el muro fronterizo.

Ante este panorama el Bancomer, del Grupo BBVA, ya cabildea con José Antonio Meade diferentes posibilidades para blindar las remesas que provienen de EU y que se han convertido en un gran negocio para la entidad. El secretario de Hacienda ya dijo que habrá una propuesta de ley al Congreso sobre este tema. 

Un camino que se analiza es que si se impone un impuesto en EU se genere algún tipo de alivio fiscal a los destinatarios de fondos a fin de no desincentivar la principal vía de activación de consumo en los sectores más bajos de la sociedad.

El Bancomer tiene una estrecha relación con el Gobierno y concretamente con Luis Videgaray a través de su presidente en México, Luis Robles. La entidad respalda el gasolinazo y pregona el optimismo entre analistas a pesar de la situación de incertidumbre en el gobierno de EU.

El banco realizó una apuesta fuerte en el negocio de las remesas e invirtió en personal y tecnología en EU. El lobby ahora no solo es sobre Meade sino sobre los mandatarios que más se favorecen de dicho flujo en las entidades de Ciudad de México, Sinaloa y Campeche.