Una de las grandes alertas que enciende las amenazas de Donald Trump es el impacto que tendrán sus políticas en las inversiones extranjeras directas a México, sin embargo, su declive ya se viene anotando desde antes de que él llegara a la presidencia.

Y es que en el 2016, las inversiones tuvieron una caída de 5.8%, de acuerdo con los datos que publicó este miércoles la dependencia que comanda Ildefonso Guajardo. Es decir, se registraron 26, 739 millones de dólares frente a los 28 mil 382 millones en 2015.

Hay que decir que el último trimestre del año logró un buen impulso, pues la IED sumó 5,726 millones de dólares en el cuarto trimestre del año pasado, un 17.1 por ciento más que los 4 mil 891.4 millones de igual periodo del 2015.

Para este año hay severas preocupaciones respecto a los impactos que tendrán las políticas de Trump, sobre todo respecto al impuesto fronterizo que está planteando el presidente estadounidense, sobre el cual aún no hay nada claro, pero las amenazas ya han generado una serie de tensiones entre las empresas extranjeras, claro ejemplo de lo que sucede en el sector automotriz.

También está el tema del TLCAN, sobre el cual el republicano tiene grandes resistencias respecto a la relación con México. En ese escenario, analistas como Gabriela Siller, de Banco Base, han considerado que la inversión para este año podría decaer hasta en 15%.

Y es que el mayor número de inversiones proviene de Estados Unidos. Este 2016 la participación del vecino del norte fue de 38.9%, seguido por España, en 10%, mientras que Canadá se lleva el 6.3%.

Ciertamente el 2016 tuvo una base difícil de comparación, pues en ese periodo la inversión más sobresaliente fue la la adquisición de la empresa mexicana RIMSA por parte de la farmacéutica israelí TEVA, durante el primer trimestre, transacción que ascendió a los 2,011 millones de dólares.

Mientras que en la cifra preliminar de 2015 destacaron dos transacciones: la compra de Unefon y Iusacell, por parte de AT&T, por 2,037 millones en el primer trimestre; la otra es la venta de una de las líneas de negocio de la firma mexicana Vitro a una empresa estadounidense por un monto de 2,150 millones, concretada durante el tercer trimestre, de acuerdo al reporte de Economía.