Ricardo Anaya intentó hacer preventivamente un control de daños con Ulises Ramírez, quien había declarado abiertamente una guerra contra la postulación de Josefina Vázquez Mota. Pero en el PAN ahora celebran porque creen tenerlo "acorralado" y "muy disminuido" en su intento de boicot. Aún así, temen que el daño provenga de una posible ayuda a Delfina Gómez.

La bronca de Ulises con Anaya y Josefina viene desde el momento en que la ex candidata presidencial puso como condición excluyente para ser candidata en Estado de México hacerlo a un lado del liderazgo del PAN-Edomex. Sin renovación de las autoridades, no aceptaría. Así llegó Victor Hugo Sondón, en alianza con Edgar Olvera, Enrique Vargas y Ana Balderas.

Ulises quedó relegado y muy enojado con Ricardo Anaya. Pero ya no podía volver a los huestes de Margarita: su pelea con Felipe Calderón -a quien abandonó en la interna con Gustavo Madero- se lo impedía. Por eso se vio obligado a cerrar un acuerdo con Rafael Moreno Valle, el tercer en discordia.

Ulises presentó una impugnación ante el Tribunal Electoral para frenar el proceso de designación directa, otro de los requisitos que puso Josefina, quien no quería ir a una interna bajo ningún punto de vista. En el PAN celebran que Ramírez ya se quedó sin herramientas legales, pues el Trife rechazó su pedido por no haber "agotado todas las instancias previas y realizando las gestiones necesarias para estar en condiciones de ejercer el derecho político-electoral presuntamente vulnerado".

También la Comisión Jurisdiccional Electoral del Consejo Nacional hizo lo propio, al calificar de "infundados" los reclamos que hiciera Ramírez. Previsible, pues Ricardo Anaya controlar sin matices la estructura del partido.

Como reveló La Política Online, Josefina ya decidió que se lanzará el próximo domingo. Será su registro como precandidata, que en rigor significará su primer acto como postulante, mientras definen quién será su jefe de campaña.

Alrededor de Josefina, todavía hay un temor latente: que Ulises no cierre con Anaya y decida prestarle la estructura que le queda en la entidad a Delfina Gómez, como ya sudeció con Javier Duarte en Veracruz. En un escenario de triple empate, como marcan las encuestas, esa ayuda podría ser crucial.