Un intelectual de fuerte reputación en el Pentagono será el reemplazo de Michael Flynn como nuevo asesor de Seguridad Nacional de Donald Trump. Se trata del teniente general H.R. McMaster. Su antecesor Flynn dejó el cargo días atrás luego de que se conocieran sus tratos secretos con altos oficiales rusos.  

McMaster es célebre en los círculos militares por haber elaborado una investigación sobre los errores tácticos que tuvo EU en la guerra de Vietnam y que implicaron la derrota. Experto en contransurgencia,  durante la invasión a Irak fue un crítico de la estrategia de George W. Bush, en los combates que tuvieron lugar en el norte del país. Su figura es mucho más compatible con  John Kelly (secretario de Seguridad Nacional) y James Mattis (Pentagono) de lo que era Flynn.

El dato central para México es que relegó en esta carrera a John Bolton, un ex embajador de EU en la ONU que tiene un fuerte discurso anti globalización y que defiende la idea de que EU no debe invertir en la seguridad de otros países. También ha manifestado opiniones contra los tratados de libre comercio. Bolton fue entrevistado para el cargo pero finalmente Trump se volvió a inclinar por un militar.

McMaster incrementa el pragmatismo del equipo de Seguridad y por estas horas la gran incógnita en Washington es si podrá lidiar con Steve Bannon en el Consejo de Seguridad Nacional que Bannon, sin experiencia alguna, preside.

McMaster además, como señalaron a LPO fuentes de la Secretaría de Relaciones Exteriores, es militar cercano a David Petraeus, que fue considerado por Trump para la CIA y que tiene la opinión de que México debe ser aliado de EU.

Actualmente, McMaster, trabajaba en los centros de entrenamiento del Ejército de tierra y ha servido en las guerras del Golfo, Afganistán e Irak. Es conocido por haber criticado que la cúpula militar fue demasiado benévola con las decisiones de la Casa Blanca durante la guerra de Vietnam.

También era de la idea de que se habían hecho escasos esfuerzos al inicio de la guerra de Irak, tras la invasión de 2003, para seducir políticamente a la insurgencia. Su opinión a favor de un cambio de estrategia fue clave para que Estados Unidos redirigiera su enfoque y lograra controlar a la insurgencia. El nuevo plan lo lideró justamente el general Petraeus, que también sonaba como posible sucesor de Flynn.