Los entornistas de Los Pinos reprodujeron durante la tarde del lunes un dato que llevó AgustÃn Carstens en su último encuentro con el presidente. El titular del Banxico habrÃa señalado sus últimas conversaciones con la cúpula del FMI. En uno de esos intercambiamos preguntaron sobre Alejandro DÃaz de León, subgobernador de la entidad y candidato a reemplazar a Cartens. "No lo conocemos y eso desde ya que no es positivo", fue la frase que antecedió a la descripción del subgobernador.
DÃaz de León ha hecho todo lo que se precisa en polÃtica para acceder a la titularidad del Banxico. Lo más importante es que nadie de nivel lo veta, al menos ante Enrique Peña Nieto. Luis Videgaray y José Antonio Meade lo avalan. Pero el mundo no lo conoce. El mercado no lo pondera (basta ver la última encuesta de Bloomberg). Y eso en el contexto actual es un problema, especialmente si Donald Trump avanza en su plan de aniquilar la ley Dodd-Frank, un candado a los grandes bancos de inversión que se colocó en EU para evitar una debacle similar a las del 2008, cuando desaparecieron entidades de la talla de Lehman Brothers.
La Comisión Nacional Bancaria y de Valores ya dijo que ese giro no tendrÃa consecuencias para México. Pero lo cierto, o al menos asà lo dicen cerca de Carstens, es que los bancos mexicanos han comenzado a cabildear para que la CNBV flexibilice los requerimientos de capital.
Estos requerimientos exigen a la banca tener la liquidez necesaria para responder a situaciones de fuerte inestabilidad. La situación de EU comienza a llevar a los banqueros a jugar con la idea de que las normas podrÃan cambiar en México y alegan que eso serÃa favorable para estimular la economÃa.
Ya desde hace años la CNVB obliga a los consejos de administración de los bancos a revelar su "apetito" de riesgo operacional y de mercado. La intención de flexibilizar las reglas es defendida con el argumento de no frenar el ritmo de crecimiento de crédito que está en el momento más solido de la historia reciente del paÃs. Además esto colabora a enfrentar el aumento de las tasas que Carstens impuso en el Banxico.
Esto explica el favoritismo de la banca por el directivo del FMI Alejandro Werner, candidato que Los Pinos rechaza porque le implica reformar las reglas del Banxico y es un escenario en el que el Gobierno no quiere entrar.
Carstens se queda hasta diciembre para monitorear esta situación, incidir en su reemplazo e iniciar una sutil contraofensiva contra la entidad más interesada en cambiar las reglas de juego: el Citibanamex.
Por favor no corte ni pegue en la web nuestras notas, tiene la posibilidad de redistribuirlas usando nuestras herramientas.