El crecimiento es una de las grandes deudas de los últimos años, quizás décadas. México no ha logrado conseguir aumentos robustos de su PIB y menos aún sostenerlo en el tiempo. Todo eso, mientras el resto de los emergentes gozaban de "tasas chinas".

En las últimas horas se confirmó que durante 2016, México creció 2.3%. No es un número despreciable en medio de la incertidumbre que agitó en todo el mundo -y especialmente para nuestro país- el fenómeno Donald Trump. Aún así, cuando se observan el desagregado de este resultado, las alarmas se encienden.

El primer dato elocuente es que el crecimiento fue menor al de 2015 (2.6%), contra lo que se pronosticaba a inicio del año pasado. Pero hay más: la caída no fue aún más abrupto sólo porque el sector agropecuario funcionó como una red de contención para los desplomes de la industria y el consumo. 

Repasemos: de acuerdo con el INEGI, las actividades primarias relacionados con el campo crecieron 4.1%. Y sólo en el último trimestre de 2016 crecieron 6.4% frente a los datos del mismo trimestre en 2015. Aire fresco para el equipo económico que encabeza José Antonio Meade.

Frente al freno que vive la industria y el consumo, el sector agropecuario se consolidad como el único motor de crecimiento de la economía.

El resto no son buenas noticias. Las actividades secundarias -las vinculadas con el sector industrial- se mantuvieron sin cambios con respecto al año anterior. Una caída relativa frente al crecimiento de 1% que había experimentado en 2015. 

"Antes se justificaban las caídas por los rendimientos del sector petrolero. Pero ahora también se contrajo el no petrolero, por ejemplo el sector minero", señaló a LPO la analista de Grupo Financiero Ve por Más, Mariana Ramírez.

La economista remarcó que la producción petrolera no se termina de reponer, los precios del crudo se levantan lo suficiente y la demanda industrial de Estados Unidos continúa en desaceleración. Todos impactos directos para las industrias mexicanas.

Un escenario similar se reportó en el sector terciario -relacionado a los sectores de servicios y comercio- que en todo 2016 creció 3.4%, tasa ligeramente menor al 3.5% reportado un año antes. En este rubro los más afectados han sido el comercio, el transporte y el alojamiento.

"Aquí se observan una serie de factores que se tendrían que revisar por sector. En algunos impacta mucho el tipo de cambio, en otros se observa más afectación por la disminución en el consumo", detalló la analista de Grupo Financiero Ve por Más. 

Cuartoscuro

En ese contexto, el campo se sigue consolidando como el motor principal de crecimiento en México. Julio Soto, economista de Consultores y Asociados, explicó a La Política Online que este fenómeno se viene observando desde 2013 y se debe principalmente a los incrementos en los programas de apoyos a los productores.

"Estos apoyos financiero derivan de a poco en la tecnificación del campo. Es una apuesta que está redoblando José Calzada. Y se observa rápido un resultado: se ha incrementado la productividad gracias a maquinarias más modernas", aseguró.

Pero Soto reconoce también otros dos factores: "En este año particularmente no se echaron a perder cosechas, y por tanto no subieron los precios. El clima fue más benevolente. Y otro factor es que se ha mantenido la demanda de Estados Unidos".