"Señor vocero, el presidente de los Estados Unidos", anunció un funcionario la entrada de Donald Trump, quien llegó con una aprobación de apenas 42%, a una sesión conjunta del Congreso. Los miembros de su partido arroparon a Trump con aplausos mientras cruzaba el pasillo rumbo al podio, estrechando manos a su paso. Del lado demócrata la mayorÃa permanecieron de pie, pero no vitorearon al magnate.
Llamó la atención que Trump empezara conmemorando el mes de la historia negra, "Recordamos el paso de nuestra nación hacia los derechos humanos y el trabajo que aún debe hacerse", dijo. Trump habló sobre las amenazas y vandalismo que ha habido en cementerios judÃos en dÃas recientes. También condenó en ataque racial contra dos hindús ocurrido hace unos dÃas: "Unidos condenamos el odio en todas sus horribles formas". Habló de unidad, y de iniciar un nuevo capÃtulo de optimismo y grandeza americana.
Trump se mostró mesurado y apegado al guion. A diferencia de sus célebres discursos de campaña, esta vez se ciñó al telemprompter e improvisó poco. Más allá de este punto, se trató de un discurso en un tono muy distinto al que dio el dÃa de la toma de protesta, cuando pintó un mundo oscuro y peligroso. Enfatizó el crecimiento que la economÃa estaba experimentando desde su llegada al poder, y mencionó que empresas como Ford, Fiat-Chrysler, Lockheed y Walmart habÃan comprometido billones en inversión y la creación de decenas de miles de empleos para ciudadanos norteamericanos. "La bolsa ha ganado casi tres trillones de dólares desde que gané la elección", enfatizó.
"Empezamos a drenar el pantano de corrupción", dijo, recordando una de sus promesas. "Creamos una fuerza de tarea antirregulatoria en todas las agencias de gobierno". Durante su discurso Trump hizo hincapié constante en la lucha que emprenderÃa en contra de las regulaciones gubernamentales, uno de los temas favoritos de los republicanos, quienes ven a instituciones como la Agencia de Protección Ambiental como enemigos de la economÃa y el crecimiento. También se congratuló por haber reiniciado la construcción de los oleoductos Keystone y Dakota, que Obama detuvo por considerarlos un desastre ambiental.
Más adelante, Trump abordó uno de los temas centrales de su campaña: "Mi administración ha respondido a las plegarias del pueblo en inmigración y seguridad fronteriza". Y volvió a uno de sus grandes éxitos: el muro.
"Por esa razón pronto empezaremos la construcción de un gran muro en nuestra frontera sur", dijo, provocando aplausos y vÃtores en el lado republicano. "En este momento estamos expulsando a criminales y pandilleros"; y lanzó un desafió a los demócratas que no aprueban sus medidas migratorias: "Les pregunto, ¿qué le dirÃan a las familias americanas que pierden su trabajo porque Estados Unidos se niega a cumplir sus leyes y defender sus fronteras?"
Todo el dÃa circularon versiones de que Trump planeaba hablar sobre una reforma migratoria integral que permitiera a los indocumentados permanecer de forma legal y pagar impuestos, y a los dreamers ofrecerles una ruta hacia la nacionalización. El momento no llegó. Sà prometió una reforma al sistema migratorio, y celebró el que utilizan Canadá y Australia, "basado en el mérito", dijo. "Nuestro sistema migratorio cuesta muchos billones de dólares", aseguró.
"Creo que una reforma migratoria real es posible", dijo, y mencionó los tres pilares de donde deberÃa partir: mejorar los trabajos para los estadounidenses, fortalecer la seguridad y restaurar el respeto a las leyes. "Republicanos y demócratas pueden trabajar juntos para alcanzar un objetivo que ha eludido a nuestro paÃs por décadas". Los miembros demócratas del Congreso no aplaudieron la propuesta y permanecieron sentados.
Entre los invitados especiales del presidente estaban familiares de vÃctimas de criminales indocumentados. Cuando los presentó habló de la creación de una oficina especializada en atender a vÃctimas como ellos, quienes son acallados por los medios liberales, acusó.
Uno de los puntos que más problemas le ha traÃdo es su promesa de reemplazar el programa de salud de Barack Obama, ya que los republicanos no han podido presentar una alternativa viable. "También llamo a este Congreso a repeler y reemplazar Obamacare", dijo. De nuevo, los republicanos aplaudieron de pie, mientras los demócratas, aunque permanecieron en silencio, muchos mostraron sus pulgares abajo en protesta.
Cuando llegó el momento de hablar de terrorismo, Trump hizo énfasis en la expresión "terrorismo radical islámico" a pesar de reportes de que su nuevo asesor en seguridad nacional le pidió considerar usar otras palabras para evitar alienar a sus aliados musulmanes. "Nuestra obligación es servir, proteger y defender a los ciudadanos de los Estados Unidos". Aseguró que trabajarÃa con los aliados, incluidos los de naciones musulmanas, para acabar con ISIS, a quienes calificó como una "red de salvajes sin ley".
Otra invitada de Trump fue la viuda de William "Ryan" Owens, un soldado que murió hace unas semanas en Yemen en la primera operación militar aprobada por Trump. Durante el operativo murieron decenas de civiles inocentes y escapó un miembro de Al Qaeda, cuya captura era el principal objetivo de la misión. El gobierno de Trump ha insistido en calificar la operación como exitosa, aunque ha sido criticada por personajes como el senador republicano John McCain y el mismo padre del soldado caÃdo.
"Ryan fue parte de una redada altamente exitosa que generó mucha información para nuevos triunfos de nuestra nación", aseguró Trump. "Su legado está escrito en la eternidad". Los presentes aplaudieron el sacrificio del soldado y a su viuda, quien lloraba conmovida. La ovación duró varios minutos. "Ryan acaba de romper un record", dijo el presidente.
Trump reafirmó su compromiso con los aliados de Estados Unidos, en especificó la OTAN, organización que venció al fascismo y al comunismo, y a quienes amenazó con abandonar durante su campaña si no pagaban.
"Nuestros socios deben cumplir sus obligaciones financieras, y ahora lo están haciendo", aseguró. "Les puedo decir que el dinero está entrando", bromeó. "Mi trabajo no es representar al mundo, es representar a los Estados Unidos de América".
Al concluir Trump hizo énfasis en su solicitud de unidad. Dijo que todos sangran la misma sangre, "y todos saludamos la misma gran bandera americana y estamos hechos por el mismo Dios". Algunos demócratas se pusieron de pie y acompañaron a los republicanos en la ovación interminable.
"Pido a todos los miembros del Congreso a soñar conmigo en grande para nuestro paÃs. Crean en ustedes, crean en su futuro y crean otra vez en América. Gracias, que Dios los bendiga y que Dios bendiga a los Estados Unidos de América", concluyó ante los aplausos ensordecedores de los republicanos. Mientras tanto, los demócratas se prepararon para retirarse.
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