La cena de ayer martes de Enrique Peña Nieto con algunos de los integrantes del Grupo de los 10 fue también el inicio de la despedida del presidente con el poder económico regiomontano. Habrá pocos encuentros como ese antes de que termine su sexenio. 

El Peña que vieron los empresarios se mostró más reflexivo, menos exhultante que en otras ocasiones. Existe un giro radical respecto a los primeros encuentros del año 2013. En ese entonces Peña tomaba a los hombres de negocios como sus guías y orientadores sobre las reformas que México necesitaba. Ahora quien busca dar las pautas para el futuro es Peña.

"Hagan política, hablen con todos los candidatos para el año que viene pero cuiden las reformas", fue una de las frases más importantes que dijo el mandatario en un encuentro que fue más breve de lo habitual.

Peña, que creció en la política a base de ganar elecciones (diputado, gobernador, presidente), conoce que generalmente los empresarios les dicen a los candidatos lo que estos buscan escuchar para generar buenas relaciones. 

Y sin embargo hasta ahora el poder económico regiomontano le cumple. En los últimos encuentros con Rafaél Moreno Valle y con diferentes emisarios de Morena la primer pregunta tuvo que ver con las reformas, especialmente con la energética, donde los industriales tuvieron un rol central.

Para el mandatario en las reformas fiscal, financiera y energética está gran parte del legado de su sexenio y si bien les dice a los empresarios que son mejorables, de ningún modo admite una vía reversa. Para el presidente son el eje para que la economía nacional sea más competitiva que subsidiaria.

Los comenzales ligaron directamente esos mensajes  con la posibilidad de un triunfo de Andrés Manuel López Obrador pero Peña omitió hablar de candidatos.